Opinión

Palma

La compra del edificio de Gesa: el peligro de otro museo en Palma sin contenido

VÍDEO | El Ayuntamiento tiene un acuerdo "muy avanzado" con GESA para la compra del icónico edificio de Palma

Bernardo Arzayus

La compra de Gesa es al actual gobierno municipal del PP en Palma lo que la subida de la ecotasa al Ejecutivo de Marga Prohens, un volantazo inesperado, un giro de guion, un cambio de criterio en toda regla que ningún juicio del pasado del partido conservador permitía prever hasta hace poco más de un año. 

El edificio de Josep Ferragut, cuya protección patrimonial el PP consideró un tremendo error en 2007, abogando decididamente por el derribo del inmueble, se ha convertido ahora, cuando lleva quince años abandonado y se encuentra en un proceso degradación galopante, en la joya de la corona del gobierno municipal del alcalde Jaime Martínez, que no solo está a punto de adquirir el inmueble con el dinero que debía sufragar la deuda que dejó el edificio del Parque de Bomberos de Palma y el que debía servir para la construcción de la nueva pista de atletismo de Son Moix, sino que ha homenajeado a su autor bautizando con su nombre una zona verde del Molinar.  

VÍDEO | Cort comprará GESA y el cine Metropolitan con el dinero del parque de Bomberos y de la pista de Son Moix

Bernardo Arzayus

El Ayuntamiento de Palma quiere convertir el singular edifico acristalado en un equipamiento cultural de referencia en Palma, que dé cabida al Centro de Cultura y Arte Contemporáneo de la ciudad, algo todavía por definir, así como al archivo general, a bibliotecas y también a locales de restauración y a un jardín de esculturas en su exterior.

Sacar del abandono un edificio tan singular antes de que amenace ruina es positivo, darle un uso museístico tiene el peligro de convertirlo en otro gran centro de exposiciones cuya inversión no esté justificada por sus contenidos artísticos. Ese parece el riego principal del proyecto de Gesa, que además deberá afrontar la restauración completa del inmueble, que seguramente resultará más onerosa todavía que los 25 millones de euros de su compra. El segundo riesgo es que no se trata de un proyecto consensuado. Y un futuro cambio de color en el consistorio antes de su conclusión puede devolver a Gesa al limbo de los grandes proyectos inconclusos.

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