PENSAMIENTOS

Pavor a Donald Trump

Felipe Armendáriz

Felipe Armendáriz

A mí no me da miedo que se rompa España (que no pasará), lo que me produce pavor es que Donald Trump vuelva a ser presidente de los Estados Unidos.

En nuestro país vivimos agitados. Corren tiempos de crispaciones partidistas, violencias y división de la ciudadanía en dos bloques. No se tienden puentes, ni se quieren construir.

No obstante, si salimos de la burbuja nacional, el mundo está mucho peor. Todo puede complicarse y aquí entra en escena el magnate norteamericano. Este personaje está lleno de paradojas.

Llama la atención los millones de adhesiones que consigue entre sus conciudadanos y en otros muchos habitantes del planeta. Algo tiene el populismo que, como la mezcla de hidratos de carbono y grasas, resulta atrayente, adictivo. La ecuación es simple: yo ofrezco soluciones milagro, aunque sean más falsas que un novio rico por internet; satanizo la inmigración ilegal o legal, a la que culpo de todos los males; prometo bajar impuestos; y afirmó defender una patria idílica que otros han degradado.

«Por sus obras los conoceréis», dice el evangelista San Mateo. Su trayectoria ha sido bastante transparente. Durante su mandato no la lio gorda, afortunadamente. Mas no cumplió lo prometido y gobernó en detrimento de las clases desfavorecidas.

Sus muchos pecados han salido a la luz tras perder las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. Desde entonces se le acumulan las acusaciones penales y civiles: se enfrenta a 94 cargos por delitos y su holding empresarial ha sido declarado culpable civilmente de un fraude millonario en la contabilidad.

La imputación más grave es la insurrección que, presuntamente, instigó para asaltar el Capitolio en enero del 2021. Quería así impedir la toma de posesión de su sucesor, el demócrata Joe Biden. En cualquier democracia un político con semejante pasado, y futuro, estaría inhabilitado legal y socialmente para concurrir a unos comicios. El complejo sistema legal de Estados Unidos es peculiar. De momento no hay posibilidad de veto alguno a su candidatura. Además, él dice que, cuando gane, se perdonará a sí mismo. También ha prometido ajustar cuentas contra los que, valientes, le están investigando.

Las encuestas para las primarias del Partido Republicano están claramente a su favor. Los sondeos para las presidenciales de noviembre de 2024 también le sonríen.

Pintan bastos. Trump, de 77 años, y Biden, de 81, están empeñados en repetir mandato. Parece que si no ocupas dos veces la Casa Blanca no eres nadie.

El dirigente demócrata tendría que dar un paso al costado, dejar que un compañero más joven compitiera con el narcisista expresentador televisivo. Debería recapacitar.

Gaza y Ucrania están que arden. Occidente tiene que andar con pies de plomo para no complicar más la situación. Irán, Rusia, China, Corea del Norte, son muy peligrosos.

Terror da que al frente de Norteamérica se sitúe un dirigente inestable, inculto, pendenciero, infantil y no sé cuántas cosas más. Hay riesgo de fractura mundial. Las tensiones territoriales y políticas españolas son, en comparación, un juego de niños maleducados.

Javier Milei ha ganado las presidenciales en Argentina. Es otro iluminado impresentable. Lo bueno es que el país suramericano no es una potencia mundial.

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