Al Azar

Jaime Martínez aprende matemáticas

Jaime Martínez en la toma de posesión como alcalde de Palma

Jaime Martínez en la toma de posesión como alcalde de Palma / Guillem Bosch

Matías Vallés

Matías Vallés

En vísperas del 28M, los ensoberbecidos políticos del Pacto a quienes se les recordaba la desafección entre sus huestes, replicaban con un desafiante «¿y qué van a hacer, votarán al PP o a Vox?» La bravata quedó aclarada por un resultado electoral diáfano en contra de la izquierda mallorquina, la peor de España. Es frecuente que los perdedores no sepan leer el recuento de las urnas, de hecho hay un partido llamado PSOE que insiste en sus excelentes resultados de mayo. Lo sorprendente es que el único ganador posible de las elecciones, que además es una formación habituada a gobernar como los populares, muestre una ignorancia absoluta y prepotente de su mayoría relativa. Cada vez más relativa.

En la primera sorpresa de la temporada, pero no la única ni la más grave, Jaime Martínez recibió un curso acelerado de matemáticas a domicilio, en su estrepitoso debut con un tormentoso pleno de Cort. El PP tiene nada menos que once concejales, cifra claramente superior a sus rivales pero insuficiente porque la mayoría está en quince. No se necesitan especulaciones algebraicas ni calculadoras cuánticas. Con once sobre quince se gobierna bajo tortura. Los populares han cometido el mismo error presuntuoso que el Pacto. «¿A quién va a votar Fulgencio Coll, a favor de la izquierda?» No, en contra de quienes lo humillaron en la constitución del ayuntamiento.

Coll ha tenido un arrebato de Estado Mayor, la élite del ejército. En la guerra no hay amigos ni enemigos fijos, solo aliados de conveniencia. El PP culpará a Vox, ya lo ha hecho, de atentar contra los sagrados intereses de Palma y demás zarandajas, pero a Martínez 11/15 lo embarcaron sus vigilantes del partido en una empresa imposible, seguramente para acelerar su hundimiento y que en el Consolat y en Cort todo quede en familia. El 17 de junio, el general Fulgencio nombró al actual alcalde, porque disponía de la opción de haber votado a Hila para precipitar la conmoción que ahora se ha materializado. El militar fue ingenuo a la primera, no a la segunda. ¿Y a la tercera?

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