Políticos que no (se) engañan

Durante una larga semana postelectoral, la prepresidenta Marga Prohens se engañó a sí misma con el mantra de que disponía de «una mayoría suficiente», confundiendo interesadamente sus 26 diputados insuficientes con los 30 suficientes. El lunes se corrigió en que «no hay mayoría alternativa», versión acertada que la erige en única presidenta posible, pero que también presupone que «no hay mayoría propia».

El Govern pasa por Vox, un partido por lo visto rematadamente vago, en la estela del neofranquismo que predica. Es significativo que el tránsito de la «mayoría suficiente» a la condicionada por la ultraderecha moderada venga expresado por Toni Costa, un brillante líder de la oposición en solitario en el Parlament frente a todo el Pacto de Progreso. El futuro conseller pertenece a la estirpe de los políticos que no (se) engañan, a diferencia de Prohens o Armengol. Es curioso que los únicos valores acreditados del PP sean ibicencos, agreguen al futuro ministro Marí Bosó y a Vicent Marí, seguramente porque están a la distancia «suficiente» de la desdichada escuela apacentada por José María Rodríguez.

Sorprende la reticencia de Prohens a pronunciar la palabra monosilábica «Vox», porque los votantes ultraconservadores proceden del PP. De hecho, emerge con fuerza un movimiento integrador entre la militancia derechista, que exige gobiernos combinados PP/Vox sin paños calientes. El rechazo a Santiago Abascal, porque en Jorge Campos intervienen factores adicionales, corresponde a la cúpula popular y no a sus bases.

Vicenç Vidal es otro político que no (se) engaña, de ahí la sensación causada en el Senado y que conmovió al impávido Pedro Sánchez. Sin embargo, el exalcalde de Esporles sale a perder por la máxima el 23 J. El reparto de los escaños de Balears en el eje derecha/izquierda será como mínimo un 5-3. El más que hipotético escaño de Sumar Més, que debería ser Sumar a secas, se obtendría a costa de la lista encabezada por Armengol. Ahora mismo es un resultado utópico, y solo una fe ciega en la campaña invita a considerarlo. Es importante anotarlo, porque el político que no engaña tampoco se engaña, aunque siempre estará en «minoría insuficiente».

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