Artículos de broma

Todo incierto y dos certezas

Javier Cuervo

Javier Cuervo

Como tras la derrota no cabían paliativos, Pedro Sánchez programó una operación a vida o muerte para el 23 de julio. Evita medio año de agonía en el gobierno (ante pueblo y medios de comunicación) y dentro del gobierno (entre socios y aliados). Hay mucho riesgo, pero reduce los dolores a un par de meses y tiene una mano libre para el fragor electoral en el que se mueve bien y le hará campaña Europa.

En las elecciones autonómicas y municipales -que no lo fueron en la campaña- no pudo controlar el discurso de la resurrección de los etarras en Madrid ni los votos en venta en lugares poco poblados y ahora recupera la iniciativa del juego con ese instante de rabia en que se arranca bajo la canasta en la que le acaban de marcar.

El escueto equipo de guionistas suma otro giro loco en esta serie española que empezó en la plácida sobremesa en la que Mariano Rajoy se quedó sin silla. Luego, a las elecciones siguieron otras elecciones y a éstas los pactos que no se iban a hacer ni en sueños porque no dejaban dormir, la pandemia en el mundo, el volcán en Canarias, la guerra en Ucrania, el precio de la energía en Europa, la inflación en el súper. España está más canosa que Pedro Sánchez con su brizna del mechón frontal.

Antes de llegar a lo peor, Sánchez intenta sobrevivir en lo malo, poner algo a favor con todo en contra. Acaba con la fiesta de los vecinos y la riña en casa. A los votantes de izquierda les dice que o él o los fachas porque las negociaciones entre PP y Vox, donde se necesiten, se van a ver con otros ojos entre los votantes que no son de derechas. Para los votantes de derechas no hay problema y para los cargos nada que no se pueda abanicar cuando surja el rubor.

A los votantes de izquierdas a su izquierda los deja aún peor, con un resultado penoso, una frivolidad incompatible con organizarse y la tendencia a autolesionarse de los que confunden lo monolítico con lo autolítico.

Todo eso que tanto desconcierta se hace sobre dos únicas certezas: que Pedro Sánchez es muy audaz y que no le gusta nada perder.

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