Elecciones anticipadas

Sánchez busca la salida

Con el aspecto desmejorado del insomne, ha decidido volver a pillar a su país entero a contrapié, su especialidad

Pedro Sánchez adelanta las elecciones generales al 23 de julio.

Pedro Sánchez adelanta las elecciones generales al 23 de julio. / EFE

Matías Vallés

Matías Vallés

Pedro Sánchez está programado por un guionista de teleserie, siempre le da un giro de tuerca a la realidad para guiarla hacia lo inverosímil. El espectador sabe que el protagonista no puede desaparecer, porque se acaba el drama. Pues bien, se acabó. Houdini pronuncia su último sobresalto, la gran escapada. El único presidente del Gobierno que ha estado en la cola del paro no convoca elecciones, invoca a un sucesor. Asume en primera persona una derrota que, en efecto, le pertenece en exclusiva por su magnitud y difusión estatales. Con un presagio, porque el voto masivo contra Sánchez por la persona interpuesta de sus líderes regionales se intensificará a tropel furioso, en cuanto surja la oportunidad de desalojar al inquilino de La Moncloa más odiado de la democracia.

Tal vez no se trata de algo personal, y Sánchez comparte con sus colegas del mundo entero como Sanna Marin o Jacinda Ardern la condición de diana del ruido y la furia colectivos, pasiones que atizan las redes sociales. A media mañana del lunes de resaca electoral, el presidente del Gobierno agacha por primera vez la cabeza. Balbucea su prerrogativa disolvente. No dice que se va en manos de Rubalcaba como su predecesor Zapatero, pero se va. El reconocimiento de culpa no le eximirá de cumplir la penitencia, pero este gesto de gobernante inglés con reacción inmediata lo separa de la dinastía de los políticos que siempre remolonean.

El jueves se cumple un lustro de Sánchez en La Moncloa. Cinco años sin dormir es un sacrificio por encima de las cotas de tolerancia humana. Con el aspecto desmejorado del insomne, ha decidido volver a pillar a su país entero a contrapié, su especialidad. Ayuso le ganó el primera asalto de las autonómicas, pero ahora tiene que apresurar la recomposición de su artillería, porque consume más munición que Ucrania entera. También Yolanda Díaz se ve sorprendida en pleno divorcio con Podemos, y Feijóo sigue descansando. Dan ganas de votar a Sánchez por ponerse del lado de los perdedores, aunque es probable que el líder socialista solo desee el olvido. Busca la salida.