28-M, menos propaganda y más democracia

Editorial

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La disputada batalla electoral del 28M, que hoy dirimirán las urnas y más tarde los pactos, ha vuelto a poner en evidencia la necesidad de repensar algunos aspectos molestos para el común de los ciudadanos, con independencia de su adscripción ideológica. Entre ellos, sobresale la cantidad de residuo que se genera. Fastidia ver los buzones repletos de papeletas y sobres que en su inmensa mayoría acaban en la basura, en el cubo azul del reciclado si hay conciencia medioambiental. Un desperdicio absolutamente evitable, teniendo en cuenta que los colegios electorales proveen a la ciudadanía de ese mismo material en abundancia y que disponen, o deben disponer, de cabinas para ejercer el derecho al voto respetando la privacidad de quien prefiere reservar su opción. En estos momentos de emergencia climática y grandes necesidades sociales cabría un pacto para acabar con esta redundancia nociva para el planeta y para el gasto público.

Estas elecciones podrían haber hecho historia por un asunto de mucho mayor calado para el sistema democrático que el veredicto final sobre los gobiernos de los próximos cuatro años, pero no ha podido ser. La Junta Electoral ha tumbado una iniciativa impulsada por el escritor y politólogo Domingo Sanz, con en el respaldo en Mallorca del juez José Castro y los abogados Ferran Gomila, Juan Calatayud, Mar de la Loma y Josep de Luis, consistente en aprovechar los comicios para que los partidos planteen preguntas a sus votantes en el reverso de las papeletas. Todos ellos han quedado defraudados por la nula disposición de la Junta Electoral en Balears que se ha limitado a elevar el asunto a la Junta Central, donde ha sido rechazada con argumentos genéricos y ajenos a la propuesta concreta. Los impulsores son personas fajadas en la resistencia y hay que agradecerles, por encima de la fórmula, su aportación y persistencia para evolucionar hacia una democracia más participativa y transparente, que fortalezca la comunicación entre los partidos y los votantes que les confían su representación. De su propuesta emergería una especie de big data político a lo clásico, directo, sin troles, muy provechoso para resolver los problemas de esta sociedad más transversal y compleja. La incorporación de una novedad como esta apela a las propias formaciones que podrían recoger el guante y allanar el camino vallado, aunque se intuye la misma resistencia que a las listas abiertas.

Presidencia para Armengol o Prohens, tercer mandato de la izquierda o regreso de la derecha. Es la disyuntiva que hoy resolverán las urnas. Los sondeos apuntan a un ajustado 30-29 en el Parlament, sin inclinación clara a ningún bloque, sin mayorías absolutas. Armengol ha hablado claro, pactará con Més y Podemos. Prohens evita citar a Vox. El Pi se juega entrar y sueña con ser bisagra. Ciudadanos lucha contra su extinción. Cada voto contará para configurar también Consells y ayuntamientos. El resultado será corresponsabilidad de todos, además de preludio de las generales de fin de año.