La no financiación autonómica

Rosa María Sánchez

Rosa María Sánchez

No hay debate sobre la reforma del sistema de financiación autonómica. El 28 de mayo hay elecciones en 12 comunidades, pero no hay conversación ni confrontación política sobre los ingresos con los que las autonomías deben aspirar a financiar sus promesas electorales durante los próximos cuatro años, a pesar de ser un tema de elevado voltaje político.

Podría y debería parecer extraña esta ausencia. Pero no lo es, por más que el actual sistema de financiación autonómica esté pendiente de revisión desde hace casi una década. Y es que las diferentes posiciones de unos y otros en este debate no dependen tanto de los postulados de cada uno de los partidos que concurrirán a las elecciones, sino de los intereses de unos territorios frente a otros a la hora del reparto de las transferencias del Estado.

De qué sirve que los socialistas de la Comunidad Valenciana, por ejemplo, agiten el agua de la financiación si eso puede sacar a flote las contradicciones que existen dentro del propio PSOE entre unos territorios y otros y con el propio Gobierno central. Lo mismo se podría decir del PP, si bien aquí el riesgo en este momento es menor, pues los populares gobiernan en un número muy limitado de comunidades con elecciones en su agenda de este mes (no tocan elecciones ni en Galicia, ni en Andalucía, ni en Castilla y León). Tampoco tocan elecciones autonómicas en Cataluña (ni en el País Vasco) y eso también resta cancha al debate de la financiación.

El Gobierno ha sido incapaz de abordar la reforma del modelo que había comprometido en su programa electoral y que forma parte de los compromisos del Plan de Recuperación y Resiliencia. Tan solo llegó a presentar en diciembre de 2021 una propuesta para modificar el criterio de población ajustada —que determina el reparto de la mayor parte de los recursos del sistema—, que solo sirvió para evidenciar la dificultad de lograr consensos y la conveniencia de volver a dejar para la siguiente legislatura la reforma del sistema. Y en esto es en lo único que parecen estar de acuerdo Sánchez y Feijóo. Es insólito que en unas elecciones no se hable de los recursos necesarios para hacer política, pero eso está pasando.

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