Artículos de broma

Nadie llorará sangre

Javier Cuervo

Javier Cuervo

El mercado español siempre pagó mejor ser monárquico. Excluyamos RTVE, que considera tarea fundacional y patriótica ser «espejito espejito» del jefe del Estado. Lleva tres a cuál más guapo, hasta que llega el siguiente. Para que la izquierda pudiera expresarse sin vergüenza sobre el monarca ni renuncia al ideal republicano se inventó el «juancarlismo», una excepción real en los dos sentidos: con él, la izquierda podía participar del rey y el rey, de la izquierda. Premios a los intelectuales y las novelistas más molones, reflejo de sonrisas, anécdotas memorables...

A partir de Santiago Carrillo, los republicanos nunca cotizaron en el mercado de la democracia, aunque a alguno el mercado le haya pagado derechos de autor por obras arriesgadas y esforzadas que fueron Premio Nacional de Nada. En cambio, los monárquicos abanderados en los medios de comunicación se ganaron bien la vida. No pudieron ser los máximos responsables del enésimo fiasco borbónico -porque no ocupaban altas responsabilidades- pero no pararon de fastidiar a Juan Carlos riéndole las gracias y tapándole los líos.

La última visita de Juan Carlos I a España pasó con relativa discreción, como estaba previsto. Que no haya podido regatear por la colisión de la edad con el tiempo sólo indica que baja de barcos, que l’última donna sarà y que, como todos, morirá. Aunque nunca consideré necesario el falso castigo del palacio en el desierto para vivir como un rey oriental en un reino que no es suyo, tributando en un país que no es el Estado del que fue jefe, no hay ninguna razón para pensar que, si muere fuera de España, Felipe VI se resentirá. Aunque se ponga a todo vapor la máquina sentimental mediática. Los borbones nunca han sido mayoritariamente añorados en sus no pocos exilios, y menos aún con otro Borbón en el trono. Juan Carlos I está cuestionado para décadas y probablemente queden archivos por abrir que no mejorarán su recuerdo ni podrán reconstruir aquel rey ejemplar falso, hecho de borboneo, monarquía de pago y juancarlismo recompensado.

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