Chapuza

Bernat Jofre i Bonet

Bernat Jofre i Bonet

La verdad, muchos creíamos que la decencia moraba en cierta clase política. Por lo que hemos podido ver en los últimos días, nos equivocábamos. Viene a cuento la introducción a raíz de la fallida operación sobre el traspaso patrimonial entre la SAREB y diferentes Comunidades Autónomas. Mal planteada desde un primer momento - primero se habló de «puesta a disposición», después de «cesión» y finalmente de «compra» de activos - y peor gestionada a medida que se conocían sus detalles.

En pocas palabras, el Estado ha querido endosar a diferentes administraciones diferentes bienes inmobiliarios. Con una característica común en casi todos ellos: o bien estaban inservibles, o su elevado Valor de Reforma los dejaba fuera del mercado. Lo que ningún inversor quiso en su momento, vaya. Por diferentes razones: estado ruinoso, discutible legalidad de lo edificado, opinable aprovechamiento según la actual normativa de construcción…No obstante y a sabiendas (la sombra de la presunta prevaricación sobrevuela el trasunto) el Estado los ha querido colocar a otros. Eso sí: a precio de mercado. Como bienes nuevos. Sensibilidad social, cero. Sin querer alzar demasiado la voz ni provocar escandalera: una tomadura de pelo. Hablando llana y claramente. Con muy poco parangón en nuestra historia reciente. En un país europeo, el autor de tal atentado contra la Hacienda Pública ya habría sido obligado a dimitir. Cosa que muy probablemente no vaya a suceder por estos lares.

Suerte que hay gente sensata al mando de las CC AA. Como mínimo, en este caso: desde Francina Armengol i Socias hasta Mariano Revilla, pasando por Isabel Díaz Ayuso. Todos han declinado la oferta. Por ruinosa para las arcas públicas. Que, como muy bien recordó la presidenta balear, «pagamos entre todos». Y, por supuesto, por chapucera. Penoso corolario a la legislatura. Acabáramos.

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