Tribuna

Especie en peligro de extinción

Alicia Reina Escandell

Alicia Reina Escandell

Todos, o casi todos, hemos conocido recientemente, la «nueva» medida «estrella» (o «estrellada») del Govern balear, consistente en una nueva exigencia más (de las más del centenar ya existentes, valga la redundancia) dirigida a las empresas de alojamiento turístico, a través de la pretendida medición de las cargas de trabajo de las camareras de pisos. La medida se traduce en: un documento bajo el título Mesa de Trabajo del Sector de Hostelería para la Salud Laboral y un modelo de tabla Excel (hoja de cálculo) de mediciones de cargas de trabajo.

En cuanto al primer documento, cargado de perogrulladas (que ya estábamos y seguimos aplicando en las empresas, con la tutela y el asesoramiento de nuestros servicios de prevención), se limita a establecer los objetivos del documento, definir el concepto de «carga de trabajo» (por si no lo teníamos claro), explicar, de forma compleja y difusa, la metodología para el análisis de los métodos y tiempos de trabajo, incorporar un pseudo informe final sobre el referido análisis, enumerar un breve listado de buenas prácticas (reiterando las que ya, todas las empresas hoteleras, sobradamente, conocemos a través de nuestros servicios de prevención) y, finalmente, referenciar toda una serie de fuentes bibliográficas y normativas en un intento de ofrecer algo de consistencia al documento.

Si, como indica dicho manuscrito, ya existen toda una serie de normativas de riesgos laborales que regulan esta materia, y que ya estamos cumpliendo las empresas de hostelería, carece de sensatez que, precisamente ahora, nos vengan a sermonear y a seguir sobreinterviniendo nuestras empresas, cuasi emulando el intervencionismo dictatorial de países como Venezuela o Cuba. Con los debidos respetos, y en términos de estricta defensa, si lo que se pretende es dar lecciones de cómo aplicar las normativas de riesgos laborales, les invito a dar ejemplo, que es la mejor forma de lograr credibilidad. En este sentido, no entraremos a valorar las inexistentes mediciones que las administraciones públicas competentes deberían llevar a cabo (y no llevan) respecto a las cargas de trabajo de los médicos, enfermeras, celadores, servicios de limpieza de los hospitales públicos… cuya gestión es de su exclusiva responsabilidad. Porque, ¿no me dirán ustedes que estos colectivos, como otros también muy nobles y honrados, no merecerían también ser tratados con la misma dignidad que merecen las camareras de piso?

Pero volviendo al tema que motiva este artículo, respecto al modelo de tabla Excel de mediciones de las cargas de trabajo, que el Govern acompaña al anuncio de esta medida, compadezco sinceramente a quienes (empresas, técnicos de riesgos, gobernantas, camareras de pisos…) tengamos que interpretarlo para su implementación. Más aún, sin conocimientos previos de análisis estadístico como los que se requieren según el modelo presentado. Modelo que escapa al más mínimo sentido común y a la lógica básica de cualquier ciudadano de a pie. Ya me estoy imaginando a las pobres gobernantas haciendo números, e intentando comprender la razón por la que el modelo les arroja un resultado diferente (y si te descuidas, aún peor) al que ellas preveían conforme a sus conocimientos y sobrada experiencia. Habrá que hacer un cursillo intensivo sobre estadística, bonificado, claro está, por la Fundae. En cualquier caso, es difícil recoger en una fórmula estadística las particularidades de cada empresa, de cada hotel, incluso las singularidades de cada una de las trabajadoras, a las que manifiestan querer ayudar con ello. Esperemos que, nuestras queridas kellys, no se dejen engañar, ni mucho menos embaucar por la muy seductora y apreciada señora Armengol. El Govern al único que quiere ayudar es a sí mismo, intentando conquistar los votos de dicho colectivo, con un juego de malabares digno del mejor prestidigitador. Ofreciéndoles tan solo simples migajas, sin atender a sus verdaderas y justas reivindicaciones.

Que no se llame nadie a engaño, esta medida electoralista, que no aporta nada nuevo (porque las normativas de riesgos laborales ya estaban y están ahí para aplicarse), lo único que pretende es seguir apuntando con su dedo inquisidor a los emprendedores, como si de leprosos y esclavistas se tratara. Y en este sentido, quiero insistir, como en otros artículos he hecho, en que la estrategia de dividir a la sociedad no puede, ni debe, prosperar. Trabajadores y empresarios hemos de ir de la mano, en concordia y paz social. ¿Se imaginan una sociedad como la nuestra sin trabajadores, o sin emprendedores, o sin ambos? Debemos ser capaces de reconocer y valorar el esfuerzo y el mérito de unos y otros. Más aún, si cabe, con todas las dificultades y trabas que se están imponiendo al emprendimiento. Pues, a este ritmo, los emprendedores acabarán convirtiéndose en una especie en peligro de extinción. Una rara avis en aguas baleares que, finalmente, deberá ser férreamente protegida, si queremos que la sociedad prospere hacia la excelencia, generando riqueza y bienestar social. Hoy pues, la pregunta que debemos hacerle al Govern Balear es muy sencilla: ¿tienen ya preparado el Excel para medir las cargas de trabajo (originadas por el exceso laberíntico de burocracia propiciada por la administración) que, estoicamente, soportan los emprendedores y emprendedoras de las Islas Baleares?

«Donde hay poca justicia, es un peligro tener razón» (Francisco de Quevedo)