Artículos de Broma

Juan Carlos vuelve

Javier Cuervo

Javier Cuervo

El 14 de abril pasó inadvertido el aniversario de la proclamación de la Segunda República Española, de la que Juan García-Gallardo, el vicepresidente castellano y leonés de Vox, pide a los escolares que reflexionen sobre si era un régimen plenamente democrático. A Vox le interesa la plenitud democrática, no sabemos para qué. Como sea, el 14 de abril será de poca celebración, pero el 19 está previsto que todas las televisiones festejen informativamente el regreso a España de Juan Carlos I para regatear, una actividad que desarrolla con notable éxito en el mar y con notorio fracaso en el sexo. Su actividad sexual fuera de palacio, no prevista en los presupuestos generales del Estado, ha sido carísima. Los lodos que supimos hace relativamente poco de los charcos en los que se había metido Juan Carlos I eran pagados con pólvora del Estado y de sus televisiones o con pólvora del jeque, cuando representaba a España.

Hay lío porque el rey viene a España sin avisar a su hijo Felipe, rey de España. No sé por qué: es lo mejor para no meterlo en líos. Felipe podría poner pegas como rey informado oficialmente, pero como lector de periódicos no puede sentirse responsable de que su padre pida que le calafateen el «Bribón» para cuando se reúna con tripulación y sus amigotes en San Senxo. El trayecto de los Emiratos Árabes a las Rías Bajas es mejor sin escala en la Zarzuela. Juan Carlos puede hacerlo, como puede ir a la coronación de Carlos III del Reino Unido porque es inmune a las reclamaciones de Corinna y porque si en Madrid no te encuentras con tus ex, imagínate en Londres. Juan Carlos no es controlable y la repercusión de sus palabras y de sus movimientos, tampoco, pero es posible que esta visita no levante tanto revuelo como la anterior aunque solo sea porque Mediaset España, dueña de Tele 5, una de las cadenas en las que más risa hicieron con las hazañas juancarlistas, tiene de nuevo presidente a Borja Prado, hijo de Manuel Prado y Colón de Carvajal, que fue administrador privado de Juan Carlos de Borbón y lo pagó un poco.

Suscríbete para seguir leyendo