Feminismo: ¿un fenómeno geolocalizado?

Bernat Jofre i Bonet

Bernat Jofre i Bonet

Estos días se están celebrando a lo largo y ancho de Europa occidental una serie de actos con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Debe hacerse el matiz geográfico: Viejo Continente, Estados Unidos, Canadá... y con honrosas excepciones, pare usted de contar escenarios feministas. Efectivamente: son legión los países de lo que llamamos «Occidente» donde el 8-M no es más que una anécdota, un día más del año. No ya en las naciones musulmanas, donde los derechos de las mujeres son ignorados día sí, día también. Tampoco en la judía Israel se tienen en gran estima, donde la «Knesset»( parlamento israelí) es testimonio de ello: de sus 120 escaños, tan sólo 31 están ocupadas por mujeres. Por no hablar de un continente entero —África— o un subcontinente, India.

Como cierto es que la igualdad entre géneros situación no es en modo ejemplar en América Central y del Sur, donde hay países en que la violación está casi justificada en ciertos códigos de comportamientos. Por cierto: no siempre precisamente rurales y atrasados, sino todo lo contrario.

Duele comprobar que son demasiados los sitios donde las manifestaciones en favor de igualdad de oportunidades son más «atrezzo» que políticas reales con cuerpos presupuestarios que puedan ser dignos de tal nombre. Siendo sinceros, es un insulto a una parte de la Humanidad. Pero también deberíamos reflexionar sobre un hecho: desgraciadamente, el 8-M corre el peligro de repetirse, como el despertar de la marmota.

Año tras año, el mismo día, a la misma hora, miles de mujeres recorrerán las calles de una parte del orbe. La pregunta es que pasará después...y habrá acontecido antes. Es cierto: hay avances. Ciertos ‘techos de cristal’ se rompen. Pero no son pocos los que se mantienen...e incluso los que se refuerzan. Las dimisiones de las premiers de Nueva Zelanda y Macedonia entre un mundo de hombres podrían ilustrar lo anteriormente expuesto.

Un marzo más, volveremos a abogar por la paridad y la igualdad de oportunidades entre géneros. Pero tan sólo en unas partes del planeta, realmente definidas y con un pasado —antigua metrópoli europea o pretéritas colonias con apego a la última— muy determinado. En el resto, más sombras que luces. Y así, hasta el año que viene. Algo se debería hacer a gran escala. No celebrar Mundiales en Qatar, países del Golfo o las muy europeas Italia, Grecia o Rusia. Amén de condicionar ciertas compras de materias primas a un mayor reconocimiento de la mujer. Por ejemplo. Muchas gracias.

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