Tribuna

Pues hablaremos de caracoles

Fernando Fernández Such

Fernando Fernández Such

Esta tribuna saldrá publicada el 1 de marzo. Día de las Illes Balears. 40 años del Estatuto de Autonomía. Un Estatuto que ha dotado a las Islas Baleares del marco de autogobierno, convivencia y prosperidad y en el que todavía queda mucho recorrer. Los medios de comunicación recogerán análisis y reflexiones que leeré con gusto y de las cuales me nutro y aprendo a comprender. Necesitaré un poco más de tiempo para poder compartir con toda humildad mis reflexiones sobre el papel y el futuro del sector agrario en el marco de estos 40 años de Estatuto. Creo que lo haré. Lo haré porque prefiero abrir debates que callarlos y porque de forma impepinable, hay un futuro inmediato tras las elecciones del 28 de mayo.

Mientras tanto, hablaré de temas más fáciles y amables. ¡De caracoles! Una realidad que puede parecernos pequeña, y que pasa desapercibida, pero que forma parte de la cultura gastronómica de les illes y de un sector agrario mucho más diverso de lo que creemos. Detrás hay empresas que tejen sectores productivos que construyen esta realidad insular. Estamos avanzando en las últimas fases de elaboración del «Plan Estratégico de la Ganadería de las Illes Balears». Finalizó la fase de recopilación de datos y estudios, pasó la fase de las entrevistas de calidad, terminamos la primera vuelta de reuniones sectoriales, y ahora tenemos los documentos de cada uno de los subsectores que deberán ser revisados y discutidos hasta armar el plan en su conjunto. Esta semana me llegó el borrador del documento dedicado a la helicultura. «Ganadería de caracoles». Este sector no cuenta con una normativa de ordenación específica que establezca los requisitos concretos que deben cumplir las explotaciones de caracoles. Sin embargo, al igual que cualquier otra producción ganadera, de manera genérica debe cumplir con la Ley 8/2003 de sanidad animal. De manera indirecta hace que todas las granjas de caracoles estén registradas en el REGA. Se van a sorprender. Tenemos 22 explotaciones dedicadas a la producción de caracoles, con un censo de 1.346.000 caracoles. Tenemos 17 en Mallorca, 4 en Ibiza y 1 en Menorca. Pero lo sorprendente es que en el año 2010, solo teníamos 1 granja. De acuerdo con ANCE (Asociación Nacional de Criadores Españoles de Caracoles) las granjas que producen más de 3.000 kg de caracoles al año las consideramos grandes, y las que producen menos de 1.000 kg al año pequeñas. Resulta que somos la sexta comunidad autónoma en producción y número de granjas de las cuales un tercio son grandes, un tercio son pequeñas y la otra parte medianas.

La verdad es que es una de estas realidades económicas de las cuales la administración tiene pocos datos. Tanto es así, que solo contamos con información fiable de 9 de las 22 explotaciones que aparecen. Por ceñirnos a lo constatable, estas 9 granjas producen al año 17.600 kg que a un valor comercializado de unos 10 euros de media, suponen 176.000 euros al año. Como pueden imaginarse por el descuadre de información, estas cifras pueden duplicarse. Como es una realidad desapercibida, tampoco tenemos datos sobre consumo de caracoles ni en España, ni en las Islas Baleares, porque no es un producto incluido en el Panel de Consumo de Alimentos que elabora el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Pero haciendo una estimación muy conservadora, se calcula que en Baleares se pueden consumir de media unos 100 gramos por persona al año, lo que supone un potencial mercado de unos 115.000 kg de caracoles, lo que implica que la producción local podría garantizar en torno al 15% de la demanda de consumo.

Las conclusiones son evidentes. Hay demanda para un consumo incluido en la cultura gastronómico de las islas. Hay crecimiento en el número de granjas. La producción de helicultura no tiene graves problemas de comercialización. No tiene fuertes exigencias de suelo y tiene posibilidades de crecimiento productivo. En definitiva. Otra oportunidad.