Sánchez ¿suma o resta?

La izquierda sigue en la duda metódica de ir a votar o quedarse en casa, la misma que la de las falsas alternativas

Sánchez ¿suma o resta?

Sánchez ¿suma o resta? / Efe / Mariscal

Carmen Lumbierres

Carmen Lumbierres

Hay una conversación sottovoce en esta precampaña electoral de autonómicas y municipales, que lleva a los candidatos a semanas laborales de siete días y domingos de mitin, y que solo afecta a la izquierda ideológica. Las discrepancias sobre los asuntos o los liderazgos son siempre más propicias en el lado zurdo de la vida que en el diestro, donde pasan del halago a la defenestración como bien saben Pablo Casado o Macarena Olona. No hay un debate sobre si Feijóo aporta, a pesar de ser un liderazgo que no termina de coger velocidad de crucero, ningún territorio se plantea que no pase por el escenario en los actos de aquí a mayo.

Pero en el entorno del PSOE, sí, porque parecen asumir las diatribas que plantea la derecha sobre si sanchismo o socialismo, porque desde la izquierda se entra rápidamente a los anzuelos de los que intentan marcar la agenda desde el otro ángulo ideológico, una vez que la bajada de impuestos ha dejado de tener alguna posibilidad, nos sumamos a la preocupación por la seguridad de las mujeres toda vez que hace nada la violencia machista les sonaba como una más de las violencias posibles.

Rehaces un partido con la elección por primarias como uno de los elementos regeneradores, dando todo el poder al candidato elegido que construye una ejecutiva a su medida, un grupo parlamentario que se le ajusta, interviene activamente en la configuración de las listas a imagen de un partido presidencialista, y luego se le quiere invisibilizar dependiendo del ámbito electoral. Este debate es tan irreal como pretender extraer a un ministro en concreto de la valoración del Gobierno, se hace intencionadamente con Margarita Robles o Nadia Calviño, y no tanto por ensalzar su mérito como para desmerecer al resto. Lo que suma para uno, suma para todos, como diría Dumas. La conexión va desde lo local a lo nacional y la imagen de marca del partido y de su líder van indefectiblemente unidas.

La estrategia de crear división en el rival no por conocida deja de funcionar porque tienes que manifestar tu unión en una excusatio non petita, accusatio manifesta, o porque los discordantes aprovechan las alabanzas envenenadas para ampliar su figura y área de influencia.

Las últimas encuestas dan una posible transferencia de voto del PSOE al Partido Popular del 7,3%, pero de Unidas Podemos al PSOE del 11,2 % e insignificante la fuga de votos del PP al PSOE. Lo que sí es elevado es el 40,5% de la abstención que se seguiría quedando ahí. La derecha duda entre a quién votar, pero con una fidelidad de voto en ambos partidos del 80%, la izquierda sigue en la duda metódica de ir a votar o quedarse en casa, la misma que la de las falsas alternativas.

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