Suscríbete Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Emma Riverola

El peligro de Feijóo

Quien pretende ser presidente del Gobierno no duda en avivar la xenofobia por ignorancia o por un puñado de votos

Se puede optar por la ignorancia o por la inteligencia, elegir entre aplicar un bálsamo reparador o echar sal en las heridas, escoger el escupitajo o el abrazo, la mentira o la integridad. Se puede actuar como Alberto Núñez Feijóo o no.

«Yo soy creyente», afirmó Marc Marginedas al acabar el pase de presentación de Regreso a Raqqa. Durante su cautiverio en manos del ISIS en 2013, el periodista confesó que rezaba «el Padre Nuestro y la primera sura del Corán: Al-Fātiḥa». Y en esta afirmación está condensada buena parte de la esencia del documental, un impecable trabajo de Albert Solé y Raúl Cuevas, elegante y riguroso, poderoso y sensible, honesto en la búsqueda de la verdad y que rehuye la sensiblería y el sensacionalismo fáciles. La historia del secuestro es terrible, la delicadeza del trabajo emociona y, a la vez, invita a la reflexión. Los periodistas están siendo torturados por psicópatas que dicen obrar en nombre de Alá, pero Marginedas reza a su mismo dios. Porque sabe diferenciar la religión del fanatismo, que es la podredumbre de cualquier idea.

Tras el reciente atentado en Algeciras en que un joven marroquí asesinó a un sacristán e hirió a un párroco, Feijóo apuntó: «Sin embargo, nosotros, desde hace muchos siglos, no verá usted a un católico o a un cristiano matar en nombre de su religión y sus creencias. Y hay otros pueblos que tienen algunos ciudadanos que sí lo hacen». Pasando por alto (que es mucho pasar) esa dicotomía entre nosotros-buenos y ellos-malos, base del racismo y la xenofobia, la línea argumental del líder del PP es de una ignorancia supina y peligrosa. Y eso siendo benevolentes.

¿Hablamos de la creciente radicalización del supremacismo blanco y su defensa de la identidad cristiana? ¿Viajamos a la Noruega de 2012 y al fundamentalista católico que asesinó a 77 personas porque estaba preocupado por la «invasión musulmana de Europa»? ¿Recordamos las siniestras instituciones católicas de Irlanda o Canadá vigentes hasta los años 90 del siglo XX? Se calcula que 9.000 niños murieron en Irlanda y 6.000 en Canadá, hijos de impuras o salvajes. O, ya puestos, ¿evocamos nuestra Guerra Civil? Ese golpe de Estado bendecido como «cruzada nacional». Si el PP no se resistiera tanto a la memoria histórica, quizá Feijóo recordaría todos los abusos que la dictadura franquista hizo en nombre de Dios.

Marginedas, en medio del horror, se resistió a perder la humanidad. Feijóo, que pretende ser presidente del Gobierno, no duda en avivar la xenofobia por ignorancia o por un puñado de votos. Qué peligro.

Compartir el artículo

stats