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Matías Vallés

Al Azar

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El Senado acabará con Feijóo

Núñez Feijóo, otra víctima de la morriña. Sedado en el Senado, pronto exigirá que se prohíba a Sánchez la rendición de cuentas en la cámara, con la misma intensidad que utilizaba para denunciar el absentismo del presidente del Gobierno. El candidato improvisado por el PP mientras aguarda la anunciación de Díaz Ayuso desconocía la maldición del cementerio de elefantes de la cámara tóxica, que acabará con su carrera. El martes se descubrió que además ignora su composición y denominación. Al llamar «diputados» a lo que antes eran senadores, el líder conservador demuestra que ni siquiera sabe el nombre del trabajo que desempeña.

A ningún español le interesa el nombre de los miembros del Senado, pero la ignorancia es llamativa en un integrante de la institución. A continuación, Feijóo reparte los mandobles de ordenanza a Podemos, recriminando a los ultrarrojos que se hayan ausentado de una cámara donde carecen de representación. Todo golpe a los socios de Sánchez debe ser bienvenido, pero ¿cómo percibe el presidente del PP la presencia grupal de Podemos?, ¿por el olor a azufre? Se insiste en hablar de ignorancia del senador en jefe de los populares, olvidando la opción más asequible del desinterés.

En una sesión aciaga, Feijóo tuvo que soportar al presidente del Gobierno desdoblado en jefe de la oposición. Sánchez se arrima más que José Tomás, desde que ha comprendido que ya solo le queda la mitad de las dos Españas, por lo que exhibió sin complejos las portadas de El Mundo que teledirigen las decisiones del líder de la derecha en una interacción mediúmnica. El PP ha recorrido un largo camino para desembocar en el mismo punto donde se encontraba con Casado, con una ventaja virtual pero insuficiente para consolidarse. El candidato contra su voluntad muestra la prestancia suficiente para acceder al Gobierno, pero solo de ministro que no desentonaría en el actual gabinete. A Feijóo ya solo pueden salvarlo los excesos de la izquierda en su descalificación. A cambio, ha resuelto una cuestión fundamental. ¿Para qué sirve el periódico del día anterior? Para envolver a Feijóo.

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