Sin duda alguna, los alimentos amparados en las Denominaciones de Origen y en las Indicaciones Geográficas Protegidas constituyen «Las Joyas de la Corona» del sistema alimentario europeo, español y también de las Islas Baleares. Tener claro esto nos ayuda a entendernos a la hora de definir prioridades estratégicas de promoción y comercialización.

Cuando la Unión Europea reconoce un estatus diferenciado para estos alimentos, crea un marco especial de protección y apoyo con posibilidades que superan las mismas normas de la competencia. La Unión Europea reconoce que detrás de cada uno de estos productos se concentra todo el conocimiento campesino de siglos, la tradición agroalimentaria, la cultura gastronómica y los paisajes que configuran cada territorio de la Unión Europea. Podemos decir sin exagerar que la Unión Europea reconoce que en estos alimentos se guarda una de las almas de la construcción europea. Este reconocimiento se extendió a la Organización Mundial del Comercio desde su constitución, lo que resulta algo muy importante y práctico en la batalla que suponen los procesos de negociación de los acuerdos comerciales. Actualmente su regulación se apoya en un Reglamento del año 2012 sobre los regímenes de calidad de los productos agrícolas y de alimentación. Este Reglamento ha iniciado el camino para su modificación en algunos elementos que son importantes para las Islas Baleares y a los que habrá que estar atentos en el próximo año. Actualmente en Europa hay más de 3.300 indicaciones geográficas de calidad diferenciada y España, con 340, ocupa el tercer lugar después de Italia y Francia. Lo cierto es que cada año se incrementa el número de los alimentos con este reconocimiento y esto es así porque tanto el sector agroalimentario como las propias administraciones agrarias sabemos que se trata de una inversión ganadora. En este momento en Baleares tenemos abiertos varios procesos que tienen una duración de entre 3 y 4 años y entre los que destaca por ser el más avanzado, el de la DOP Miel de Eivissa.

De forma periódica, el Ministerio de Agricultura elabora análisis sobre la caracterización, competitividad, eficiencia comercializadora, capacidad para crear empleo y para fijar población en el medio rural de los alimentos amparados por las marcas de calidad diferenciada, y sistemáticamente se arrojan datos espectaculares. El valor comercializado de los alimentos amparados por este reconocimiento aumenta un 9,5% de media cada año. El 77% de los productos amparados por DOP e IGP son mejor pagados a los productores y productoras y en un 27% de ellos ese precio diferenciado supera el 20%.

En el mismo sentido, las producciones y alimentos amparados por estas marcas en las Illes Balears se comportan de manera similar a las del conjunto del estado. En Islas Baleares contamos en la actualidad con 6 Denominaciones de Origen, 10 Indicaciones Geográficas y otras 4 Indicaciones Geográficas de Bebidas Espirituosas en las cuales y bajo su amparo, producen 2.385 agricultores y agricultoras y operan un total de 263 industrias agroalimentarias que son esenciales para dar músculo al sector agrario. El valor comercializado de estas 20 marcas de calidad en 2021 ascendió a 83,9 millones de euros, lo que supuso un 23,4% más que en el año 2020 y haber reputando un 6% el valor alcanzado en 2019. Destaca los 36,8 millones de euros del sector del vino, los 15 millones de euros del queso Maó – Menorca, los 11,9 millones comercializado bajo la IGP sobrasada o los 3,3 millones de euros de valor comercializado por la DOP Oli de Mallorca. Resulta alentador comprobar cómo cada pequeña marca de calidad reconocida inicia su propio camino de crecimiento, y por eso hay que destacar ejemplos como el de la DOP de Pebre Bord que ha aumentado en solo un año el 84% de su valor de comercialización, o la IGP Oli de Eivissa creció un 16,3%. Todo este éxito no sería posible si el reconocimiento del consumidor que en un 79% de los casos, valora como muy positivas las características diferenciadoras de los productos DOP e IGP aunque aún tiene muchas dificultades para identificar el producto debido a su escaso conocimiento de los logotipos de identificación. Sigamos en este camino. Reflexiones sobre la realidad de cada una de nuestras marcas y pensemos sobre el horizonte hacia el que nos queremos dirigir.