Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jose Jaume

DESDE EL SIGLO XX

José Jaume

Malos españoles, traidores a España; el PP de Feijóo se ha echado al monte

Instalados en la perpetua vulneración de la legalidad, avanzamos por la senda de la crisis institucional que acabará por llevarse por delante la Constitución

Alberto Núñez Feijóo. EP/Pilar Santos

Cuentan que en un consejo de ministros de uno de los gobiernos del general golpista Franco salió a colación la figura (qué inmenso cineasta fue) de Luis García Berlanga. Al parecer, el dictador había asistido a la proyección, en la sala del palacio de El Pardo, de El verdugo. Incomparable alegato contra la pena de muerte (rodada en parte en Mallorca y con extras mallorquines, entre ellos el «guardia civil» Xesc Forteza). Algunos ministros, soliviantados, aseguraban al «caudillo» que Berlanga era «un comunista», el peor delito en el que se podía incurrir en aquella España junto al de ser masón. El dictador dio con todavía peor afrenta que endilgar al genio valenciano. Sentenció, con la voz aflautada que la caracterizaba (su compinche Queipo de Llano le apodaba «Paca la culona»): «no, Berlanga no es comunista, es un mal español». Han transcurrido muchas décadas desde entonces, pero a lo que se ve la derecha hispana sigue por sus fueros, casi tan echada al monte como en sus mejores tiempos insurrectos; ocurre que el coordinador general del PP, Elías Bendodo, asegura que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez es, ahí es nada, un «mal español» , un «traidor a España». Pablo Casado, siempre desaforado, lo llamó, además de lo que antecede, «felón», enunciando una retahíla de insultos de lo más florido y variado; ahora el número dos de Alberto Núñez Feijóo, que acaba de exhibir su atributo de flojeras, la incapacidad para elevarse por encima del vuelo gallináceo, abunda en el despropósito con la pretensión imposible de que se le endose la flagrante vulneración de la Constitución que el PP ha perpetrado en los postreros cuatro años bloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Bloquea porque Sánchez es traidor a España, porque el Congreso de los Diputados hizo al felón por antonomasia de la política española presidente del Gobierno al obtener el voto favorable de la mayoría de los diputados.

Se ha enunciado todo lo que debe saberse sobre la actuación del PP en ese asunto. No hay que reiterar argumentos conocidos para quien no sea ciego y sordo vocacional o por espurio interés. De lo que se trata es de escudriñar hacia lo que nos lleva el desastre institucional que promueve el PP, y solo el PP, empeñado en incumplir la ley para mantener su sediciosa, con perdón, mayoría en el CGPJ, que no es poder judicial, quede claro, sino el órgano constitucional que gobierna a los jueces. No juzga. No sentencia. Los gobierna salvo cuando juzgan y dictan sentencia. Y el bloqueo nos lleva a que en el momento más inopinado se desencadene la quiebra de la Constitución de 1978. Que uno tras otro se quiebren los poderes del Estado, empezando por la Corona. Entonces, solo entonces, se asumirá por algunos la magnitud del inmenso error (dejemos aparcada la ilegalidad) en la que primero Pablo Casado y hoy Alberto Núñez Feijóo han incurrido. Su desoladora actuación es peor, mucho peor, que la de los independentistas catalanes: marrulleros, mentirosos, trileros, gamberros, ridículos, además de delincuentes, por una simple razón: el PP pretende ser un partido de Estado. Ha gobernado España. Si vuelve a hacerlo, lo que es incierto, obtendrá la desafección constitucional de un segmento considerable del país. A eso nos aboca el ilegal bloqueo que ejecuta con el apoyo, igual de irresponsable y desestabilizador, de las llamadas derecha mediática y judicial. Algunas portadas y artículos de periódicos de Madrid, tanto de papel como digitales, tienen el aroma de los llamamientos a la insurrección que desembocaron en Estados Unidos en la ocupación del Capitolio. En lo que Bolsonaro ha cavilado hacer en Brasil.

Acotación resultante.- Feijóo, Díaz Ayuso y Martínez Almedia, se han negado a asistir al homenaje a las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. Estamos donde estábamos. En Palma, el PP no dará sus votos para que Aurora Picornell sea hija ilustre. Nada cambia. Hoy como ayer los hay que se sienten herederos de una ominosa victoria.

Compartir el artículo

stats