Seguramente no es casual que en las actuales circunstancias, la primera iniciativa de una entidad financiera para aliviar la carga de la hipoteca en las familias más vulnerables haya partido de CaixaBank. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, espera que la banca mueva ficha y ponga encima de la mesa un «catálogo» de iniciativas que muestre el compromiso de las entidades para facilitar el pago de las hipotecas a las familias más vulnerables en un contexto de vertiginoso crecimiento del euríbor, que se ha triplicado en lo que va de año.
La entidad que preside Ignacio Goirigolzarri es la única en cuyo consejo de administración está representado el Estado -como accionista proveniente de la antigua Bankia- y seguramente no es casual que precisamente haya sido CaixaBank la primera en romper el hielo con una propuesta para congelar las cuotas de los créditos de dicho colectivo durante 12 meses (y posponer su pago al final de la vida del préstamo).
No sería la primera vez que Calviño aprovecha la condición del Estado como segundo accionista de CaixaBank para hacer valer una opinión del Gobierno respecto del sector financiero. Ya pasó en abril de 2021, cuando la vicepresidenta se propuso frenar la subida salarial de los directivos de la banca y minimizar el alcance del ERE que había anunciado CaixaBank.
Si la escalada de las hipotecas sigue al mismo ritmo, pronto el porcentaje de familias financieramente vulnerables, entendidas como aquellas que dedican más del 40% de su renta bruta al pago de deudas, llegará al 14%, ha advertido de ello el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el Congreso de los Diputados. Es un aviso que llama a la acción. Una vez que CaixaBank ha roto el hielo, Economía espera ahora que otras entidades vengan detrás con el fin de conformar el ‘catálogo’ de medidas de buenas prácticas que Calviño espera poder empaquetar pronto.
