Diario de Mallorca

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Alex Volney

Aurora Picornell

Una mujer sin armas pero de armas tomar que no sucumbió en ningún momento ante los fascistas

Aurora Picornell Sandra De Jaume

Se amenazó ya en las primeras horas con la ejecución sumaria a toda persona que intentase «la más mínima resistencia al Movimiento Salvador de España». El mismo Goded en pocas horas marcharía a Barcelona y encontraría otro equilibrio de fuerzas bien diferente. Esas primeras horas «la comunista del Molinar» se refugió en la Casa del Pueblo de Palma. El mismo domingo sería detenida. Los asaltantes destruyeron la biblioteca y confiscaron los archivos. Pasó a llamarse Casa Primo de Rivera que como saben, para los mallorquines, fue una gran persona en su casa a la hora de comer. Pronto pasa a ser centro de tortura y detención. La clara superioridad militar hizo que no encontrasen resistencia. Los miembros del Frente Popular, sin armas, huyeron. En Barcelona esas primeras horas fueron muy diferentes, el fracaso del golpe hizo volver a sus casas a centenares de soldados golpistas liberados por los defensores de la legalidad republicana. Pero, aquí, el 19 de julio de 1936 a las once de la mañana Aurora ya estaba en prisión. Prácticamente incomunicada. El profesor, y Doctor en Historia, David Ginard Ferón en su fabulosa obra Aurora Picornell (1912 - 1937) De la Història al símbol asegura que en esos primeros días pudo mantener correspondencia con el también fusilado Alexandre Jaume. Lo que más fastidiaba a la joven activista era no poder enterarse de casi nada. Se dice que la Casa del Pueblo y su «toma» fue ejecutada por uno de los «jinetes de Alcalá» uno de esos valientes que al ir a buscar al alcalde Darder pusieron la pistola en la nuca al pequeño Josep de cuatro años, sobrino de la primera y queridísima autoridad de nuestra ciudad.

Circunstancialmente Odón de Buen coincidió con ella y la describe como a una valerosa joven que lideraba el ambiente. Junto con otras presas realizaban cánticos de ánimo al resto de presos, en Caputxins. Recuerden los que tuvimos allí parientes estos fueron repartidos en el Castell de Bellver, el barco Jaume I y Can Mir. El Sr. Moll, en sus memorias, el del Diccionari, lo rebautizaría como el «hotel tauló» con muy poca gracia y menos valentía. De Buen advertiría que Aurora marchó «en estado interesante y en tal situación asesinada». Fue interrogada, pero nunca dio ninguna información que comprometiese a nadie o sobre otras personas acusadas. Nunca. El odio que generaba, Aurora, iría creciendo en sus adversarios políticos. Con ella, y su dignidad, crecía el mito y crecía el símbolo. Sería trasladada a la prisión de mujeres.

En agosto de 1936 las carreteras de Mallorca estaban cubiertas de cadáveres de militantes del Frente Popular y de muchas otras personas que no tenían filiación ninguna. Ejecutadas sin trámite. Si todavía no lo han hecho lean, por favor, Los grandes cementerios bajo la luna del escritor francés, conservador y católico, que hizo llegar esta infamia y vergüenza al resto del mundo describiendo el mismo verano en que se inician las «tretes». Los falangistas sacaban de prisión a los demócratas y los fusilaban impunemente, pioneros como eran del tiro en la nuca. Pero la culminación máxima, según los historiadores, de estas ejecuciones se produjo a principios de 1937. Can Mir, Castell de Bellver…Del Castillo, por ejemplo, siguen muchos presos sin aparecer. Muchos presos entraron en Bellver y no se sabe nada de ellos.

La noche de reyes, una maldita premonición pasa por la mente de la joven Aurora de 25 años que ya sabe lo que les estaban haciendo a sus compañeros.

Una mujer sin armas pero de armas tomar que no sucumbió en ningún momento ante los fascistas. Un insólito permiso a Octubrina, su hijita de dos años, era el preludio del final. Vieron llegar los dos coches llenos de falangistas pioneros del terrorismo, avant la letre, en España. Abajo las esperaban mientras la celadora las iba llamando por su nombre: Aurora Picornell, Catalina Flaquer, Antònia Pascual, Maria Pascual, y Belarmina González (esta última incluso los más entendidos no acaban de averiguar la causa de su detención) era el mismo martes 5 de enero de 1937, en Can Sales, y este iba a ser el regalo de reyes del nacionalcatolicismo más rancio. Se las llevaron después de cenar. Salieron cinco. Aurora cogió dos ovillos de hilo de coser y avisó que si seguía con vida los haría llegar como fuese. Se las llevaron en una hora de coche hacia Porreres. Pararon en el cementerio y las obligaron a bajar esos valientes hombretones defensores de la patria. Fueron conducidas al Oratori de la Creu, los faros iluminaron su dignidad ante el muro donde permanecían de espaldas. Fueron cobardemente ametralladas. Luego repasaron si alguna respiraba por aquello del tiro de gracia implacable. No se supo con seguridad absoluta nada más hasta este pasado jueves 20 de octubre de 2022.

Anécdotas populares o vitales. Octubrina pasaría a llamarse Francisca, por ejemplo. O que uno de los asesinos era un tal Mateu, repartidor de cervezas y refrescos de la Miret que parece ser que exhibió los ensangrentados sujetadores de Aurora en un bar del Molinar. El pueblo ha ido completando la narración de cómo años más tarde el bocas moriría de un terrible cáncer de lengua.

El 6 de enero de 1937, día de Reis, en Palma se propagaría la noticia. La desesperación de Joana, su madre, es inmensa habiendo perdido, también, al padre de Aurora y sus hermanos Ignasi y Gabriel asesinados junto a centenares de personas impunemente, igual que a su jovencísima niña.

La madre de mi madre, nuestra àvia Margot había ido a coser con ella. Con solamente oír el nombre de Aurora lloraba. Servidor ha crecido con este símbolo tan cercano. Margot aseguraba que, sí, había sido asesinada estando embarazada y no de pocas semanas. Como también aseguraba que Aurora era referente, era la vanguardia de todo y de todas. Nuestra àvia era también de familia de izquierdas, pero aseguraba que «noltros érem unes beneites i beates devora n´Aurora que ens venia a obrir els ulls». Picornell lideraba los piquetes bajando la calle Oms y movilizando a todas las jóvenes a participar en la huelga general. «Era una avançada al seu temps», las motivaba a participar a la vez que les exigía un compromiso real a todas. Habían coincidido en los almacenes el Águila o en el mismo taller de Rosa en Oms y sobre todo arraigando, por primera vez, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Palma. Recuperar a esta chica de 25 años masacrada por un régimen fascista asesino, en lo mejor de la vida, nos ha traspuesto a muchas y muchos. Centenares de personas siguen en las cunetas sin una sepultura digna.

Quiero dar las gracias y la enhorabuena a todas las personas que hacen posible devolver alguna dignidad a estas víctimas mártires de la libertad. Las que han hecho que sea posible llegar hasta aquí son muchas y muchos, desde luego, no es cosa de pocos, pero me gustaría dedicar este humilde y breve homenaje a Tonina Mercadal, a Jaime Bueno y a Llorenç Capellà con toda la admiración y cariño del mundo.

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