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JOrge Dezcallar

Éramos pocos y...

Éramos pocos y parió la abuela, que dice la sabiduría popular. Resulta que en plena crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania que nos ha puesto el agua al cuello con la inflación y los precios de la electricidad y del transporte, un grupo de países conocido como OPEC+ liderados por Rusia y por Arabia Saudita ha decidido reducir su producción de petróleo en dos millones de barriles diarios (2% del total) con objeto, dicen ellos, de adelantarse a la recesión que nos espera a todos el año que viene.

Que Rusia lo haga es normal. Vive de sus exportaciones de gas y de petróleo que se han visto muy afectadas por las sanciones que sufre como consecuencia de su desastrosa (no me atrevo a escribir chapucera, pero me apetece mucho) invasión de Ucrania. Es normal porque Rusia ya no podrá exportarnos el 77% de su gas y el 40% de su petróleo (41% y 25% de nuestras importaciones respectivamente) y no le será fácil encontrar clientes alternativos que absorban tanta energía, por más que la India y sobre todo China estén aprovechando para aumentar descaradamente sus compras forzando importantes reducciones en el precio. Ahora habrá menos petróleo en el mercado y Rusia podrá vender el suyo más caro, y con ese dinero financiará el enorme esfuerzo militar que -con poco éxito hasta la fecha- está haciendo en Ucrania. Esta subida también interesa mucho a los ayatolás de Irán, que con tantas protestas (fuertemente reprimidas) tras la muerte de Masha Amini, necesitan como agua de mayo alguna buena noticia que dar a su sufrida población, y también interesa a muchos otros productores menores que veían con creciente preocupación cómo los precios estaban bajando desde los máximos del pasado agosto (120 dólares/barril ) hasta los 80 de hace unos días y muchos de ellos -como Argelia sin ir más lejos- lo necesitan a 90 dólares para que les cuadren las cuentas.

Lo que se explica menos es que Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos se hayan unido alegremente a la fiesta porque aunque la subida también les beneficia se cuentan entre los principales aliados de Washington en Oriente Medio y entre sus mayores compradores de armas, incluidos los aviones F-35 que son los más modernos del mercado, armas que han utilizado en la guerra de Yemen.

De esta forma, lo sucedido es una auténtica bofetada al presidente Biden que haciendo de tripas corazón viajó a Riad en julio para pedirle a Mohamed bin Salman (MbS) que aumentara la producción para compensar la salida del petróleo ruso del mercado y porque la subida del precio de la gasolina les hace a los demócratas estadounidenses más daño que nada en las reñidas elecciones de mid-Term de noviembre en las que se juegan nada menos que mantener (o perder) la Cámara de Representantes y el Senado. En Washington hay muchos nervios estos días y Biden ya ha anunciado medidas contra Riad…

Digo que Biden hizo de tripas corazón porque debió costarle lo suyo ir a ver al príncipe saudita al que hace un año llamó «paria» internacional por considerarle responsable del brutal descuartizamiento del periodista Jamal Kashoggi en Estambul, que según sus servicios de Inteligencia es algo que nadie se hubiera atrevido a hacer sin órdenes de muy arriba. Y ahora MbS le deja en la estacada, no solo no aumenta sino que reduce su producción de petróleo, y eso muestra mejor que nada que EE UU ya no es lo que era en Oriente Medio. Sus objetivos allí eran tres: conseguir petróleo en cantidad y precio conveniente y ahora los EE UU son autosuficientes gracias al fracking; proteger a Israel, que ahora se protege muy bien él solito; y, en tercer lugar, evitar la entrada de Rusia en Oriente Medio, que es algo que Washington no ha conseguido porque corta el bacalao en Siria. El vacío provocado en la región por su retirada está siendo cubierto por Rusia, Irán y Turquía y los países de la zona toman nota buscando otros aliados como Rusia y China. Como no podía ser menos. El actual recorte en la producción de petróleo no es sino su consecuencia.

Para nosotros la otra noticia es mala porque augura subidas para empresas, calefacciones y gasolineras y contribuye así al difícil otoño/invierno que nos espera.

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