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José Francisco Conrado de Villalonga

Periódicas leyes de educación

Y a se ha implantado una nueva ley de educación, esta última se llama LOMLOE, la anterior, del ministro Wert, se titulaba LOMCE, -cada nuevo gobierno se siente en la obligación de elaborar una nueva ley educativa-. ¿Cuándo se producirá un acuerdo entre los partidos que permita redactar una ley que de duración y estabilidad al sistema? Pues bien, y como ocurre invariablemente ya se están produciendo rechazos en el seno del profesorado y en los sindicatos. Manifiestan su disconformidad por no haberles dado la oportunidad, a los docentes, de participar y opinar en el momento de la elaboración de la norma. Lo de siempre, ¿cuántas leyes de educación llevamos desde que nos regimos por un sistema democrático? ¿Cuántos cuestionamientos ha habido?

La educación es la preparación de los jóvenes para la vida, las escuelas tienen que formar ciudadanos que puedan vivir una existencia que mejore las condiciones actuales, y en donde se aprenda que los conflictos pueden resolverse de forma democrática. Las reglas que rigen la educación tienen que ser asumidas también por los alumnos y, esto solamente se logra si se les da la posibilidad de participar en su elaboración. La ley tiene que permitir a los alumnos desarrollar sus diferentes personalidades y procurar que afloren sus verdaderas potencialidades. Hay que seleccionar contenidos esenciales como la lectura,la escritura, el razonamiento lógico-matemático y a partir de ahí se facilitará el aprendizaje de otras disciplinas. El saturar de contenidos solo propiciará una instrucción superficial y poco reflexiva. De nada serviría el exclusivo dominio de las nuevas tecnologías de la información si más delante no serán capaces de seleccionar, entender y procesar toda la información que opera en las redes si luego no se transforma en conocimiento. Un currículum con un buen contenido, seleccionado, permitirá asimilar e interiorizar el conocimiento, esto desarrollará de manera integral al individuo y le permitirá convertirse además en una persona libre. El pedagogo, psicólogo y filósofo estadounidense John Dewey, que se distinguió por su «pedagogía progresista», sostenía que el objetivo de la educación debería ser enseñar a pensar, potenciar las mentes de los alumnos, para que puedan pensar por sí mismos más que acumular conocimientos prexistentes y de otros.

Si nos remontamos a la antigüedad clásica y a las primeras universidades de la Edad Media podemos ver como esta preocupación, más arriba expresada, ya estaba presente en la vida académica. Ya entonces se pensaba que la enseñanza debía enmarcarse en el «Trivium» y en el «Quadrivium». El Trivium -tri-vium- significaba tres vías que contenían todo los relacionado con el arte de la elocuencia, gramática, retórica y dialéctica. La gramática enseñaba el uso adecuado de la lengua, como hablar y escribir correctamente, la dialéctica era la ciencia de pensamiento correcto, del razonamiento y la búsqueda de la verdad, la retórica enseñaba a la correcta expresión del lenguaje en su manifestación oral y escrita, la literatura, por ejemplo. Hoy podríamos equiparar estas enseñanzas a las humanidades. El «Quadrivium» englobaba cuatro vías para alcanzar las ciencias relacionadas con los números y el espacio, la aritmética, la geometría, astronomía y la música. En el Renacimiento la consideración humanista de ciertas artes llevó a los artistas y tratadistas de las artes importantes a llamarlas «bellas artes» y considerarlas como una ciencia «sublime». Se puede afirmar que tanto el Trivum como el Quadrivium son un remoto antecedente de «currículum escolar» que hoy debería orientar la vida académica. En la actualidad el currículum escolar se caracteriza por unos contenidos demasiado ambiciosos. Y este exceso imposibilita al alumno abarcarlo todo y profundizar e interiorizar en ello, con lo que se dificulta el desarrollo de métodos básicos que permitan al estudiante aprender de forma autónoma y, su progreso. Se debería tener cuidado en convertir la educación en un fin en sí misma en vez de que sea un medio para alcanzar un fin. En la educación los profesores son de importancia vital en cualquier sociedad, deben ser el zócalo en el que se sustentará la formación, el civismo y la democracia.

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