4escalones. El colectivo médico está en el segmento asalariado, los restantes no hace falta estrujarse las meninges, son el pool de las llamadas «elites extractivas». De todos es sabido que a nadie le gusta hablar de su sueldo. Es más, según lo que a mí me enseñaron en mi casa, es de muy mala educación preguntar o contar lo que cobra una persona por trabajar. Pero ahora está de moda «la gran pregunta» que obsesiona a la población tras la pandemia: ¿cuánto cobra un médico? Ante algunos datos publicados se impone una aclaración, ya que generan, una vez más, la falsa imagen de que los médicos cobramos como los ministros. Solo con sus dietas y su indemnización de residencia nos conformaríamos. Los médicos, como todo el mundo, cuanto más trabajamos, más cobramos. Ni más, ni menos. Y, créanme, cuando les digo que trabajamos mucho.

Por aclarar, las retribuciones 2022 de un adjunto, cuyo periplo exige una nota media de 13,5 o 14 para acceder a estudiar Medicina, 6 años de carrera, 1-2 años para aprobar el MIR, 4 o 5 años de especialidad, obligatorios en España para luego optar a una plaza interina (total entre estudios y formación, de 11 a 13 años), el sueldo neto de un MIR de primer año es de 15.577 euros en bruto (1.200 euros de sueldo base), y sin contar las guardias que hace.

Como resultado, un médico trabaja en la sanidad pública de las Illes Balears por la módica cantidad de poco más de 15 € la hora tras la retención comentada. Y no nos olvidemos de que, para obtener una plaza fija, tras un gran periodo de temporalidad, otra oposición al canto. Por lo tanto, para llegar a alcanzar el «sueldo de ministro» que se nos presupone, y cuya formación muchas veces es cuestionable, los médicos tenemos que complementar la jornada general de 37,5 horas de trabajo semanales con la «jornada complementaria», que en muchas ocasiones suma 92 horas más de trabajo al mes (cinco guardias al mes). Por cierto, gracias presidenta Armengol, por devolvernos con varios años de retraso y a ocho meses de las elecciones las 35 horas semanales.

Con la jornada complementaria recortamos listas de espera o cubrimos guardias, horas de consulta, urgencias, tardes, noches y fines de semana, es decir, nuestro tiempo libre se convierte en tiempo que dedicamos a trabajar. Sólo por eso cobramos más, porque trabajamos más. Ni más, ni menos. Por dar más datos, esas jornadas complementarias llamadas guardias, MAES, etc., nos permiten minorar listas de espera y reducir la creciente e incesante demanda de pacientes que asisten a los centros de salud y hospitales. Pero la realidad para nuestros bolsillos es pan para hoy y hambre para mañana. Así, el tiempo extra invertido en las guardias no computa a efectos de jubilación, como sí ocurre en otras profesiones. Y el dinero ganado tampoco amplia la base de cotización a la Seguridad Social y, por lo tanto, no producirá ningún efecto en nuestra pensión de jubilación.

Volver a recordar que en esta pandemia han fallecido 130 médicos, desde una doctora de 28 hasta muchos de 50 años para arriba, por estar en la trinchera sanitaria totalmente desprotegidos. Bien, estos médicos, muchos en edad de prejubilación, cobraban unos 1.250 euros de sueldo base. También es pertinente recordar a la ciudadanía que tenemos recortada nuestra paga extra desde el 2010 (por el ínclito Zapatero, que después mantuvieron el procrastinador Rajoy y el mitómano Sánchez). Más o menos unos 15.000 euros por barba. Como la amnesia todavía no me ha atrapado y es muy reciente, el recortazo efectuado por la presidenta Armengol, por la no convocatoria de la carrera profesional ordinaria desde el 2018, en contra de los acuerdos alcanzados, afecta a unos 1.400 médicos, que sufren una merma retributiva de mas de 25 millones de euros.

Y cómo se retribuye a los médicos residentes (MIR), mejor dejarlo, porque es vergonzoso. Por supuesto que todo se puede cuestionar, pero nuestra imagen y nuestro trabajo profesional hay que reconocerlo. Estamos cansados por la densidad de trabajo que soportamos, por el estrés que arrastramos tras la pandemia, pero, sobre todo, lo que más nos duele y decepciona es que no se nos trate como merecemos. No por ser médicos, sino por hacer bien de médicos.

Sería interesante que se publicase y comparase nuestra retribución con las facturas de diversos profesionales en diferentes ámbitos como la locomoción, logística, doméstica, etc. Ya nos gustaría cobrar la hora de guardia de un domingo como los cerrajeros de urgencias. Pero eso, probablemente no sería noticia. Para aclarar, un internista cobra unos 27 euros la hora de guardia en días no festivos y 30 en festivos, mientras que un neurocirujano cobra 15 euros de guardia por estar localizado.

Sabemos que la mayoría de los ciudadanos nos tratan con respeto y admiración, que valoran nuestro trabajo, porque la realidad es que hoy y por siempre el médico es médico 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año, por vocación y por obligación. Pero tristemente, la vocación no está pagada, ya que se le supone a todo médico. Ciencia, con ciencia, responsabilidad y profesionalidad. Estos son los ingredientes que dan valor al colectivo médico que lidera, todavía, la asistencia. Ya saben, en derrota transitoria, pero nunca en doma.