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Matías Vallés

AL AZAR

Matías Vallés

La inhabilitación de Aragonès

Todos nos despertamos a diario con la convicción de que no somos presidentes de Cataluña, en algún caso con la frustración consiguiente. Excepto uno de nosotros, Pere Aragonès, que abandona el lecho cada día sin saber si sigue siendo presidente de Cataluña. Por tanto, no hay ningún ser humano sobre el planeta que afronte la jornada con la responsabilidad de Cataluña sobre sus hombros, con la posible salvedad de Felipe VI. Así se ha cimentado la pérdida de identidad del país más identitario de los contornos. En una Europa a la deriva y que se ha quedado sin gas, ser catalán era una de las pocas cosas serias, incluso para quienes lo contemplamos desde fuera. Se ha derrumbado la última certeza.

Desde que se descubrió que Jordi Pujol competía con Juan Carlos I en la fortuna a buen recaudo en Suiza, la suerte ineludible de los presidents de Cataluña ha consistido en la inhabilitación. Es más fácil destituir a un titular de la Generalitat que al entrenador del colista de la Liga. El Tribunal Superior catalán aplicó el castigo que expulsaba de la política a Artur Mas, sentencia rebajada pero que adquirió firmeza en el Supremo. Su sucesor Carles Puigdemont se libró en Bruselas de algo peor que una inhabilitación, y Quim Torra es el primer presidente de la historia de la humanidad que fue expulsado del cargo por una pancarta con lazo. En todos los casos democráticos citados, se despreció la voluntad popular sustanciada mediante el voto.

Aragonès ignora si ya ha sido inhabilitado, en cumplimiento de la feroz tradición. Esta inseguridad explica sus movimientos de Reina de Corazones en la Cataluña de las Maravillas, decapitando a su vicepresidente de Junts porque cree a ciegas en Junts, a riesgo de acabar como en Alicia lamentando que «vaya, me he quedado sin cabezas que cortar». Y en este momento se convertirá en el primer independentista inhabilitado por el independentismo, en cuanto culpable de haber frenado una ficticia emancipación del Estado extinguida cinco años atrás.

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