Hace pocas semanas la presidenta Francina Armengol, acompañada de la consellera de Salud y Consumo, Patricia Gómez, anunciaba la construcción de un Centro de Nacimiento en las casas de Son Espases Vell. Se tratará de un recurso asistencial más a disposición de las mujeres y sus planes de parto. Una opción dirigida a mujeres con embarazos de bajo riesgo que podrán elegir entre parir en el hospital o en una casa de nacimiento, que, si bien, será independiente del hospital, sí se encontrará en las inmediaciones del complejo hospitalario para garantizar la máxima seguridad de las madres y sus bebés en caso de necesidad.

Son espacios íntimos, cálidos, sin luz, sin ruido, donde las mujeres están tranquilas y con mayor libertad de movimiento. En el caso de la Casa de Naixement de Son Espases, rodeadas de una zona verde y de cara a la Serra de Tramuntana. Unidades que están dirigidas por matronas evitando las instrumentalizaciones innecesarias, donde se respetan los tiempos fisiológicos en el proceso del parto. La mujer dispone del tiempo que necesite para poder parir sin intervenciones que pretendan acelerar el parto. Se reduce el uso de epidural, episiotomías, fórceps o ventosas y, a la vez, baja del número de cesáreas, ya que el ambiente agradable aumenta la confianza de las mujeres, permite una mejor dilatación y expulsivo sin apenas mucha ayuda. Será el primer centro de nacimiento de estas características en toda España.

Desde los años 90 surgieron en nuestro país movimientos, asociaciones y plataformas de usuarias y profesionales que reclamaron un parto y un nacimiento respetados. En nuestra comunidad, la Asociación Naixença lleva años trabajando por los derechos en el parto y nacimiento y a nivel nacional, encontramos asociaciones como ‘El Parto es Nuestro’ que trabajan por las buenas prácticas obstétricas.

El parto es un proceso fisiológico y que, por tanto, debemos evitar la excesiva medicalización para atender el parto de la manera más respetuosa posible, a la vez que se mantienen los niveles de seguridad por las madres y sus criaturas

En Balears, tenemos un recorrido. La ley de Salud del 2003 recogía los derechos de las mujeres con relación al parto y al nacimiento, según las recomendaciones de la OMS, una legislación que progresista y avanzada. Durante estas décadas, hemos sido referentes en buenas praxis y proyectos innovadores en la obstetricia con las bañeras de parto, el impulso a la estrategia de parto normal y hemos avanzado en la filosofía de que el parto es un proceso fisiológico y que, por tanto, debemos evitar la excesiva medicalización para atender el parto de la manera más respetuosa posible, a la vez que se mantienen los niveles de seguridad por las madres y sus criaturas.

La mejora en los partos implica permitir que las mujeres tomen decisiones sobre su cuidado, poder estar acompañadas durante el mismo, libertad de movimiento y posición, permitir la toma de líquidos y alimentos en el trabajo de parto, restringir el uso de la oxitocina, analgesia y anestesia y limitar la tasa de cesárea al 10-15%, que es lo recomendable por la OMS; así como fomentar la práctica de la piel con piel con el bebé. Se han de evitar prácticas de rutina como el rasurado, el enema, monitoreo fetal electrónico o episiotomías, de las que nuestro país ha abusado. Las episiotomías son un corte en el perineo femenino para ampliar el canal de parto que debe utilizarse únicamente en determinadas situaciones. La recomendación es que nunca es necesaria en más del 20% de los casos. En 2010, en España, se practicaban un 82% y actualmente, rondamos el 45%. Hemos mejorado considerablemente y tenemos todavía mucho margen más.

El Centro de Nacimientos fue una propuesta del Grupo Parlamentario Socialista la pasada legislatura, que obtuvo unanimidad de todos los grupos existentes en la Cámara, entonces. El Partido Socialista lo llevamos a programa electoral y en meses será realidad. Cumplimos con la palabra dada, atendiendo las reivindicaciones de asociaciones feministas que llevan años luchando por los derechos sexuales y reproductivos y con las usuarias de la sanidad pública, con la creación de casas de parto. Un recurso asistencial más a su disposición. Ampliamos los derechos de las ciudadanas para poder decidir sobre cómo desean que sea un momento tan íntimo y único como es su parto.