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CONTRACORRIENTE

Las plantaciones de marihuana consumen al año tanta electricidad como Palma

Se estima que la energía vinculada al cannabis durante

365 días ronda en España los 1,5 teravatios por hora, o lo que

es lo mismo, un billón de vatios cada sesenta minutos

En un 2022 en el que todo el mundo piensa en términos de energía, ¿cuántos kilovatios se lían en cada porro? Términos como reduflación, inflación e IVA son conceptos económicos que no se aplican del mismo modo en el mercado negro de la droga en España, y es por eso que los traficantes buscan nuevas formas de abaratar los costes de producción para que el precio del gramo de marihuana se mantenga estable.

Teniendo en cuenta que se trata de una actividad ilegal y que una plantación media consume el equivalente a 80 viviendas, una de las vías que parecen estar encontrando quienes la cultivan es la de pasarle el sobrecoste de la electricidad a todos los consumidores. Según un reciente estudio de Endesa, en los últimos cuatro años se ha duplicado el número de casos de fraude eléctrico relacionados con la plantación de marihuana, y eso, en última instancia, lo acaban pagando el conjunto de los usuarios.

159 millones de kilovatios

En 2021, por ejemplo, la energía vinculada al cannabis que fue recuperada por e-distribución, la filial de redes de Endesa, ascendió a 159 millones de kWh, es decir, suficiente para abastecer el consumo anual de 45.000 hogares. La magnitud del problema, sin embargo, es mucho mayor, pues se estima que el consumo eléctrico de las plantaciones de marihuana en España ronda cada año los 1,5 TWh. O, lo que es lo mismo, lo que consume una ciudad como Palma en todo un año.

El año pasado Endesa detectó alrededor de 71.000 casos de fraude eléctrico, es decir, un 13% más que el año anterior y casi el doble que en 2015. De ellos, los relacionados con el cultivo de la marihuana solo suponían un 2% del total (1.636), y, aun así, representaban una quinta parte del total de la energía recuperada por la compañía.

Datos del Ministerio del Interior apuntan, por ejemplo, a que en 2020 se incautaron más de 1,7 millones de plantas de marihuana en España, más del doble que en 2016.

Plantar en exterior cada vez resulta menos atractivo para los narcotraficantes, pues el hecho de no poder controlar las condiciones que rodean a la planta hace que la producción no sea tan estable. Es por eso que el cultivo en interior, donde se pueden lograr hasta cuatro cosechas al año, cada vez tiene más peso, pero eso lleva aparejado un gran consumo eléctrico en términos de iluminación, climatización y ventilación.

Un perjuicio para la sociedad

«El fraude eléctrico supone un perjuicio para toda la sociedad, ya que se traduce en un incremento de la factura eléctrica del conjunto de los consumidores y pone en riesgo tanto la seguridad como la calidad de suministro del resto de usuarios. Pero, por encima de todo, las conexiones irregulares y manipulaciones de la instalación eléctrica implican importantes riesgos para la salud de la persona que las realiza y de las que le rodean, ya que pueden provocar incendios, electrocuciones y descargas eléctricas», señala José Manuel Revuelta, director general de Infraestructura y Redes de Endesa.

Esta semana, por ejemplo, el incendio de una vivienda en Guadalupe, Murcia, destapó una plantación de marihuana en la que había más de 160 plantas, y en febrero, en Palma, se detuvo a un hombre de 67 años después de que un fuego destapara otras 150 plantas en el interior de otra residencia.

Según Endesa, el cultivo en interior, que en ocasiones «demanda una potencia compatible con un uso de naturaleza industrial», puede conducir a que la red de distribución se sature y se produzcan interrupciones en el suministro.

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