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Antonio Papell

HOJA DE CALENDARIO

Antonio Papell

Nacionalidades

Entre las 138 propuestas de todos los grupos parlamentarios que se votaron ayer, Ciudadanos, la formación en caída libre que está haciendo juegos malabares para no desaparecer total y definitivamente, presentó una muy original: suprimir de la Constitución el término «nacionalidades». Como se sabe, los constituyentes, en un alarde de buen sentido y equilibrio, decidieron, ya en el artículo 2 de la Carta Magna, que la Constitución «reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran».

Aquella fue la manera inteligente de reconocer los derechos de las comunidades históricas, incluidos los territorios forales, y de regionalizar al mismo tiempo todo el Estado. Con ello se edificaba un cuasi federalismo –el término no fue utilizado porque tenía resonancias que algunos no hubieran admitido-, se satisfacía la demanda secular de Cataluña, el País Vasco y Galicia, y se superaba el estadio territorial republicano de los años treinta.

El dibujo actual no es perfecto pero ha rendido sus frutos y ha logrado funcionalidad y eficiencia. Asimismo, ha calado entre la gente y se ha generado un nacionalismo blanco que ha cuajado en lo simbólico. Habría que «federalizar» más el conjunto y que reconstruir el Senado, pero todas las reformas deseables van en sentido positivo. Solo Ciudadanos, que ya no sabe lo que es ni dónde se ubica, acompaña hoy a Vox en el rechazo al estado de las autonomías. No parece que esta excentricidad vaya a salvar a Ciudadanos de la extinción.

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