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Jenn Díaz

Derechos distópicos

No nos tenemos que justificar. No le debemos a nadie una situación de precariedad, una violación o que nuestra vida peligre para que se nos conceda el derecho al aborto

Cada vez que el derecho al aborto, en cualquier lugar del mundo, vuelve a ser cuestionado o vulnerado, llegan las justificaciones para hacernos merecedoras de él. Historias y más historias de embarazos no deseados frutos de una violación. O embarazos de riesgo que no pueden salir adelante porque peligra la vida de la mujer o la persona que gesta. O embarazos de menores. O matrimonios forzados. Situaciones dramáticas, dignas de un capítulo de El cuento de la criada. Escenas distópicas, que no nos podemos creer, que nos estremecen... que justifican que, incluso aquellos que están en contra del derecho al aborto, se lo repiensen. ¿Qué harías si tu hija fuera violada y se quedara embarazada? ¿Qué harías si la vida de tu hija peligrara con el embarazo? Para convencer al adversario -toda una red organizada para no permitir que los derechos sexuales y reproductivos sean universales- hemos de dibujar un escenario apocalíptico.

No nos engañamos: el derecho al aborto es también para aquellos embarazos no deseados. Te has quedado embarazada y no querías. Porque no quieres tener hijos todavía. Porque no querrás tenerlos nunca. Porque te has quedado embarazada con una pareja sexual con quien no quieres tener hijos. Porque no llegas a final de mes. Porque te gusta tu vida sin hijos y todavía no los quieres. Porque tu vida no te gusta nada y no quieres traer un hijo. Porque has follado sin condón y te has quedado embarazada de una persona de quien ni recuerdas el nombre. Qué nos importa. Porque no quieres estar embarazada.

No nos tenemos que justificar. El derecho al aborto no necesita una distopía para ser merecido. Es un derecho, no nos lo tenemos que ganar. No le debemos a nadie una situación de precariedad, una violación o que nuestra vida peligre para que se nos conceda, oh dioses de la Tierra que decidís sobre nuestros cuerpos. El derecho al aborto, el derecho al propio cuerpo, el derecho a tomar decisiones conscientes e informadas tiene que ser universal. Los debates morales, para los moralistas. Un aborto sin ninguna situación límite no es menos legítimo. No os debemos nada. No queremos vuestro permiso. Y nadie os ha pedido perdón.

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