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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Melilla, una masacre inaceptable

Por mucho que las fronteras sean inviolables, hemos asistido a una flagrante y cruel vulneración de los derechos humanos

No comprendí el cambio repentino y radical de aliados del Gobierno de España: Argelia y el Frente Polisario sustituidos por el Reino Alauita.Pero ahora lo comprendo menos, y me siento indignado por la inaceptable masacre por parte de Marruecos de multitud de jóvenes africanos huyendo de la hambruna, en su intento de saltar la casi impenetrable valla para penetrar en Melilla, territorio español.

Reproduzco títulos y comentarios de medios de comunicación de diverso plumaje. Palabras de sudaneses que lograron saltar la valla de Melilla: «La policía marroquí nos ha pegado y ha matado a nuestros amigos». «Marruecos prepara fosas en Nador para los inmigrantes muertos en el salto a la valla de Melilla, sin identificar, sin investigación, sin autopsia… Estuvieron horas amontonados vivos, heridos y muertos: todo era sangre, piel desgarrada, pies rotos, manos rotas». Suma y sigue. Fotos terribles

Sin duda, por mucho que las fronteras sean inviolables y que la obligación de las fuerzas de seguridad de uno y otro lado sea evitar penetraciones masivas, hemos asistido a una flagrante y cruel vulneración de los derechos humanos. Un mínimo principio de humanidad debería poder evitar situaciones tan desgarradoras como la forma en que quedaron atrapadas decenas de personas en una avalancha mortal y cómo fueron tratadas después. Aquellos seres humanos amontonados en el suelo en un amasijo, sin saber cuántos heridos y/o muertos.

Es indudable que las mafias están detrás de los movimientos de las emigraciones ilegales, pero el presidente Pedro Sánchez se precipitó el viernes al elogiar la actuación de las fuerzas policiales de Marruecos; y se equivocó al insistir cuando ya se habían visto imágenes que ponían en cuestión la forma en que se produjo la operación y el tratamiento posterior de los detenidos heridos. Y según mi parecer se sigue equivocando en una entrevista publicada en La Vanguardia, el pasado lunes 27, el mismo día que escribí estas líneas.

A nadie se le escapa que era la primera vez ,tras la crisis diplomática primero y el acuerdo después, que el país vecino tenía ocasión de demostrar que cumple con su compromiso de custodiar su frontera e impedir el acceso masivo a españolas de Ceuta y Melilla. Pero el Ejecutivo de Sánchez no puede ignorar la forma en que se cumple el acuerdo cuando existen indicios de vulneración grave de los derechos humanos. Los pactos tienen precio pero algunos no se pueden pagar.

Lo ocurrido exige una investigación independiente. Es difícil de gestionar una entrada masiva, una avalancha humana así, pero es inaceptable la actuación policial, con uso de gases lacrimógenos, golpes de porra, lanzamiento de piedras y desatención sanitaria contra migrantes heridos debilitados tras días y días sin comer, y sin saber cuántos son los fallecidos.

Sin duda no resultará fácil el replanteamiento con el Reino de Marruecos, recordándoles que el pacto de vigilancia de las fronteras debe ser compatible con los Derechos Humamos. Pero la celebración de la reunión de la OTAN en Madrid, aunque no esté en el orden del día, puede ser ocasión de analizar y concretar conjuntamente con los múltiples y diversos lideres, fundamentalmente europeos, cual debe ser la política europea referida al Mediterráneo, y a los países de la ribera sur (Marruecos,Argelia, Túnez, Libia…) en materia de inmigración, aunque no sólo.

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