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Rosa Paz

Torpe gestión

Las consecuencias del cambio de posición

del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sáhara

Si de algún defecto adolece el Gobierno de Pedro Sánchez es de su torpeza para gestionar con acierto algunos asuntos conflictivos, incluso en aquellos casos que luego tienen un final feliz. Ha dado muestras de ello en numerosas ocasiones. Las últimas, el catalangate o la crisis de las relaciones con Marruecos que ahora ha derivado en un conflicto bilateral con Argelia. El problema no radica tanto en que el Ejecutivo tome decisiones equivocadas -algunas veces, sí- sino en el proceso que sigue para adoptarlas, en el modo en que se enreda consigo mismo y en la tendencia demostrada a ignorar la necesidad de alcanzar previamente algunos consensos. Habría que sumar a todo eso una falta de transparencia que clama al cielo.

Es cierto que hay decisiones de política internacional tan delicadas que conviene más llevarlas con reserva. La crisis con Marruecos es una de ellas, pero vistas las consecuencias que está teniendo el cambio de posición sobre el Sáhara, que respondía al intento de contentar a las autoridades marroquís, hubiera sido mucho mejor haberla acordado previamente al menos con el principal partido de la oposición. Por supuesto, habría sido inteligente haber avisado de la nueva postura al otro país en liza, Argelia, enemigo íntimo de Marruecos, protector de los saharauis y proveedor de gas a España, y haber negociado con él la manera de suavizar las secuelas posteriores. La diplomacia tiene mucho de sutileza y no parece que esa haya sido en esta ocasión una de las virtudes de la actuación española.

Bloqueo comercial. Con el trasfondo de la guerra en Ucrania y el alza del precio de los combustibles, lo que menos le interesa a España -y a la Unión Europea- es un conflicto con Argelia, cuyo gas podría ayudar a paliar los efectos que para los países europeos tienen las duras sanciones a Rusia. Ahí es, precisamente, donde puede sustentarse una solución al bloqueo comercial decretado por Argel. Tendrá suerte Sánchez si la UE sale con poderío al auxilio de España. En caso contrario, sufriremos.

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