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Jose Jaume

DESDE EL SIGLO XX

José Jaume

El general Coll contra Jorge Campos, el dilema de Vox

Es animadversión mutua, mantienen enfrentamiento abierto; Fulgencio Coll, concejal en Cort, y Jorge Campos, diputado en el Parlament, se las tienen tiesas

Fulgencio Coll y Jorge Campos. DM

Fulgencio Coll Bucher, teniente general retirado, primer jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el «engendro» de José Luis Rodríguez Zapatero execrado por el PP y hoy universalmente alabado (excepción hecha de algún que otro nacionalista periférico recalentado, entre los que hay que incluir a los de Més), es tá pasando desapercibido en Cort. No ejerce la oposición que de él se aguardaba, pero no por ello deja de ser sólida apuesta para las elecciones del 28 de mayo de 2023. Vox tiene en él segura y solvente carta de presentación. Otra cosa es tratar de dilucidar lo que le ha conducido a entrar en el redil de la extrema derecha ofreciéndole su padrinazgo. Resulta que Coll está enfrentado, sin concesiones, con el presunto factótum de Vox en Mallorca, el neofalangista Jorge Campos, diputado en el Parlament, reconocido advenedizo, sobre el que el exalcalde de Calvià, Carlos Delgado, también consejero de Turismo del Gobierno balear con José Ramón Bauzá, puede ofrecer detalles jugosos de quién es y cómo se desempeña. Coll y Campos pugnan por librarse el uno del otro. La decisión final, sin posibilidad de enmienda, será tomada manu militari (disculpará el concejal la alusión a las armas) en Madrid, por la cúpula de hierro de Vox, que es la que hace y deshace sin rendir cuentas a nadie.

Es interesante la pugna porque tiene interés general; de cómo se resuelva tal vez dependa la configuración del Gobierno autonómico que saldrá de las elecciones del próximo año. No será lo mismo que Fulgencio Coll encabece la candidatura de Vox al Parlament a que repita Jorge Campos. Imaginar un ejecutivo presidido por la popular Marga Prohens en el que Jorge Campos sea vicepresidente y consejero de Educación desata la histeria en muchos; es plausible que las urnas transformen tan supuestamente disparatada hipótesis en alternativa real. Si es el exgeneral quien se viera en esa tesitura, los nervios, que a buen seguro dejarían en un sinvivir al PP, andarían más embridados. Coll y Campos no son lo mismo. La solvencia del primero, que la tiene, sobrada, aunque reconocerlo descomponga a la izquierda y también al PP, contrasta con la no menos acreditada insolvencia del segundo, que no alcanza la definición de histrión (acepción peyorativa) en sus intervenciones parlamentarias, lo que supone baza a su favor. Viendo a quién se ha aupado a la vicepresidencia de la Junta de Castilla y León, no hay que desdeñar que Jorge Campos le imite en la Comunidad balear. La disputa se resolverá en no demasiado tiempo. Aceptar que ambos puedan repetir al frente de sus respectivas candidaturas, parece improbable, más que nada porque Fulgencio Coll no se avendría sin más a establecer nuevo maridaje con quien es rémora para las ambiciosas aspiraciones de Vox, aunque quienes votan a la extrema derecha lo hacen sin que el candidato a sufragar les importe en demasía.

Acotación clerical.- Su Ilustrísima Santiago Gómez, titular de la diócesis de Huelva, obispo de la Iglesia católica, insta a los fieles a que tengan en cuenta «las afinidades o incompatibilidades» de los «principios morales» católicos al ir a votar el día 19 en Andalucía. En la romería del Rocío, a la que acuden un millón de personas, el obispo se echó al monte afirmando que votar a quien auspicia aborto, eutanasia, matrimonio igualitario, y restantes banderas de la lucha cultural en la que se ha enfrascado Vox, es contrario a la moral católica. Las desigualdades sociales y otras zarandajas no cuentan para el belicoso prelado. Su incendiaria catilinaria fue emitida por Canal Sur. Lanzado, arengó a votar «en conciencia con la fe cristiana» asegurando que apelaba «a principios morales accesibles a la razón, sobre temas exigidos «por la ley natural», de la que ellos son exclusivos intérpretes; el herético papa Francisco, felizmente reinante, no está claro que lo considere adecuado exegeta. De la extendida pederastia en la Iglesia católica española ni palabra, ¿verdad, obispo? Lo dijo un clérigo local: no tienen arreglo.

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