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Albert Soler

Limón & vinagre | Elías Bendolo, coordinador general del PP

Albert Soler

Elías Bendodo: El alma picassiana del PP

Elías Bendolo, coordinador general del PP Alberto Ortega - Europa Press

Decía Julio Camba del diputado Moret que lo mismo cogía una idea que un catarro. Supongo -eso no lo dijo Camba- que las ideas se le marcharían al señor Moret con la misma facilidad con que se curaba del catarro. Eso era hace cien años; hoy la velocidad de la información obliga a los políticos a tener ideas con mucha más frecuencia que catarros, deben salir a idea diaria, y así es imposible que todas sean buenas. La de Elías Bendodo de considerar España un estado plurinacional le ha sentado peor que un catarro; de un pelo le ha ido que los médicos del partido no le obligaran a guardar cama durante los próximos dos años y sin abrir la boca. Esas cosas no pueden ni mentarse en el seno del PP, que el fantasma de Aznar sigue rondando por ahí y le puede dar un síncope, que es mucho más grave que un catarro.

Elías Bendodo, dedicado a la política desde su más tierna juventud, es desde abril el coordinador general del PP. Uno no puede más que pensar que si el coordinador anda así de descoordinado con el resto del partido, cómo andarán los demás. A eso se le llama empezar con buen pie las tareas coordinadoras. No es que dijera nada especialmente grave, puesto que, a estas alturas, a poca gente le importa si España es plurinacional, uninacional o mediopensionista; otras preocupaciones tenemos los españoles como para que nos inquiete el nombre de la cosa, nos valdría con que funcionara medio bien. Lo que pasa es que algunas ideas, como los catarros, se contagian, y más vale no dar más munición a los catalanes, ahora que su procés está finiquitado.

Como no conocía a Bendodo, he tenido que documentarme, siendo así que -hemeroteca mediante- he sabido que su libro preferido es El Príncipe, de Maquiavelo, y su película favorita, El Golpe. Con tales gustos literarios y cinematográficos, debería estar el hombre hecho a engaños, amagos y ardides; es extraño que se haya dejado cazar en un renuncio. Tal vez, como en El Golpe, nos reserve un giro final de guion, aunque hay otro dato, más preocupante, que invita a dudarlo: en la universidad ya se afilió a Nuevas Generaciones y, recién terminada la carrera, empezó a ejercer de director gerente de un distrito de Málaga, su ciudad, con Celia Villalobos de alcaldesa. Y en política sigue desde entonces. Existe toda una generación de hombres y mujeres -y ocurre en todos los partidos- que, al no haber conocido otra cosa que la política, han llegado a creerse que la vida real es una sucesión de reuniones, ágapes y cargo tras cargo, que el dinero cae siempre de los presupuestos del Estado, y que uno puede decir hoy lo que quiera porque mañana puede decir lo contrario. Una generación de hombres y mujeres que viven en una burbuja de cristal, alejada de quienes subsisten como pueden en la vida real. Eso sí es un metaverso.

Abundando en Bendodo, valga la redundancia, yo desconfío por sistema de quienes se afilian a las juventudes de un partido, del que sea, a menos que lo hagan por una razón de peso como es la de vivir de la política. Un joven que realmente crea que su deber social es afiliarse a un partido, no digamos a un partido de derechas, merecería ser repudiado por sus padres. Yo mismo se lo dije a la que entonces era mi mujer, política ella, cuando se cambió de partido con la misma facilidad con que se cambiaba de zapatos: espero que lo hagas por dinero; no soportaría saber que lo haces por principios o por ideología.

En vista de que el coordinador del PP no coordina, ha tenido que salir Feijóo a hacerlo, aunque tengo para mí que ha confundido todavía más a los militantes. Ha dicho el presidente del PP que «España no es un estado plurinacional, es una obviedad». Con tal afirmación lo que parece decirnos es que España es una obviedad y no un estado plurinacional. O sea, que a España la tenemos delante de los ojos, ahí está, mírala, mírala. Ni Estado plurinacional, ni estado uninacional, ni siquiera Estado: España es una obviedad, no confundir con una obviedad de destino en lo universal.

Antes de descoordinar al PP, Bendodo impulsó la Corrida Picassiana que se celebra cada año en Málaga. De Picasso cuentan precisamente que una dama de la aristocracia le encargó un retrato y que, tras diversas sesiones de posado, al ir a recoger la pintura, la señora -que ignoraría que Picasso estaba en su etapa cubista- quedó sorprendida, casi indignada, reprochándole al artista que ella no se parecía en nada a lo que aparecía en el cuadro.

-Tranquila, señora, ya se parecerá, respondió Picasso.

Tal vez Bendodo, admirador como es de Picasso, ante el aluvión de críticas por haber calificado a España de Estado plurinacional, esté tentado de responder: tranquilos, señores, ya lo será.

Elías Bendodo, en una rueda de prensa en Génova tras el Comité de Dirección del partido celebrado el pasado 11 de abril.

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