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Miguel Vicents

Republicanos de aniversario

La Semana Santa cristiana ha coincidido este mes de abril con la judía y el Ramadán, lo que solo sucede cada 33 años. También ha coincidido este año con el aniversario de la proclamación de la II República, el 91, convertida ahora en Mallorca en una celebración muy variopinta que, sin embargo, interesa más a partidos políticos y plataformas sociales que a los ciudadanos. Al menos eso parece por la poca capacidad de convocatoria de los actos organizados. Les ahorraré el tortuoso recuento. Hicieron acto de presencia el equipo médico habitual de todas las causas perdidas, el señor de la barba apostólica con su pancarta y cinco más que no tenían compromisos familiares el Jueves Santo por la tarde. Sin embargo, la celebración republicana goza de tremenda fortuna en las redes sociales, donde uno puede compartir la imagen en blanco y negro de la proclamación del 14 de abril de 1931 en la plaza de Cort para realzar su perfil político, dos horas después exhibir una foto sin filtros de panades recién horneadas, y despedir el día anunciando un cataclismo social si persiste el injusto veto a los chiringuitos.

Así que la Vía Dolorosa se ha hecho este año más empinada al mezclarse con los mensajes de la celebración tricolor «contra la corrupta monarquía borbónica»; el recuerdo de las víctimas de todas las guerras; la condena diaria del franquismo; el recuerdo de los «exiliados» catalanes y los negros augurios contra el advenimiento de la ultraderecha, con lo que ha quedado una celebración muy heterogénea y a la medida de cada cual, pero un tanto alejada de los pilares del republicanismo y la revisión de su supervivencia en nuestra democracia, ligados a la libertad, el derecho y la ley como expresión de la voluntad soberana frente a la corrupción y también frente a todas las formas de arbitrariedad y autoritarismo.

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