Mi marido Bernardo Vidal Garcías, llucmajorer, capitán de Ingenieros estaba destinado en el batallón de ingenieros de El Aaiun, capital del Sahara Español. En 1975 fuimos toda la familia, yo trabajaba en la Seguridad Social y los cuatro niños iban al grupo Escolar la Paz, niños saharauis con niños españoles.

Un día de octubre de 1975, el Coronel le dio la orden a mi marido de que antes del amanecer del día siguiente cerraran todos los barrios saharauis con alambre de espino y otros materiales, dejando sólo unos puntos de control vigilados por los soldados, para poder así controlar quién entraba y quién salía.

Bernat mientras se preparaban los soldados avisó a sus amigos, militares saharauis que debían salir de sus casas y barrios antes del amanecer ya que se había iniciado la Marcha Verde, o sea, la invasión del ejército marroquí.

Su compañía cumplió la orden... Los ciudadanos saharauis le decían: «¿Qué hace España, Capitán?», y él con lágrimas en los ojos les contestaba... «no es España, es el Gobierno el que os abandona».

47 años después, con una democracia consolidada... La pregunta se repite: ¿Qué hace España?

Los ideólogos y negociadores de los actuales pactos propuestos por el Gobierno español saben muy bien en manos de quién van a quedar los saharauis – españoles, ya que muchos aún conservan los DNI, pasaportes, certificados de nacimiento, certificados médicos, recibos de cuotas de la seguridad social… Evidentemente en manos de Marruecos.

¿Podrán volver a su tierra dejando la terrible Hamada argelina y se podrán instalar en sus ciudades de origen?

¿Encontrarán y podrán ocupar las casas que compraron sus padres o abuelos, y ahora están ocupadas por colonos marroquíes que pagan su alquiler creyendo que es legítimo?

¿Los niños saharauis escolarizados en los campamentos, acaso podrán seguir sus estudios en Hassania y en castellano?

¿Podrán los padres y las madres encontrar trabajo, ya que durante estos años perdidos se han formado y graduado en distintas profesiones?

Muchos de ellos actualmente están hostigando a las tropas marroquíes en el muro que les vigila.

Han tenido en cuenta los negociadores que los saharauis mantienen como segunda lengua oficial el castellano, y a pesar de ello, nunca en todos estos años se ha conseguido que el Instituto Cervantes apoyara al único país africano que lo mantiene como 2ª lengua oficial.

¿Van a conseguir los firmantes del acuerdo que Marruecos diga dónde están los más de 500 desaparecidos saharauis? ¿Saldrán de las cárceles marroquíes los saharauis que llevan años presos, muchos de ellos con condenas de años y años por manifestarse pidiendo el referéndum?

Años después trabajé en Centro América y Panamá, dirigiendo un proyecto piloto pactado en los Acuerdos de Esquipulas al amparo de NN.UU.

Llegué en julio de 1991 y la paz de El Salvador se firmó en febrero de 1992, durante muchos meses salían noticias en la prensa de accidentes de tráfico, donde habían muerto antiguos guerrilleros, incendios en casas de parecidas personas, asaltos en las casas de los antiguos sindicalistas; muriendo muchos de ellos.

Los firmantes de esta nueva traición al pueblo saharaui no pueden asegurar LA VIDA Y DIGNIDAD de los saharauis y las saharauis. Durante todos estos años la MINURSO no ha tenido competencia en la vigilancia y en el cumplimiento de los derechos humanos, no dando ni una ayuda a mujeres apaleadas delante de sus ojos, así como la policía marroquí entrando en casa de los saharauis sin ninguna orden oficial... violando a mujeres por haber exhibido en casa una bandera saharaui.

En esta nueva etapa de «autonomía», acaso, ¿podrán vivir en paz y con dignidad los saharauis?

Bujari Ahmed representante del frente Polisario en NN.UU., amigo de Felipe González antes de ser presidente y amigo mío también, me dijo un día: si no conseguimos la independencia bajo el auspicio de NN.UU., preparad camas tú, tus hermanos y tus amigos porque los saharauis no podrán vivir nunca más en su tierra.

Una vez más los saharauis y sus amigos preguntamos:

¿Qué hace España?