La tormenta arrecia en el mundo de la política a medida que se acerca el 2023. Ante motín en plena tormenta política de estos últimos días producido en el Partido Popular con bochornosos espectáculos, incluyendo la decapitación de su presidente que hace poco era aclamado por sus barones.

Y lo que vivimos hace años en el PSOE, cuando a Pedro Sánchez se le expulsó e intentó, para salvarse, una votación fraudulenta con una caja de cartón escondida detrás de una cortina.

La verdad es que el bipartidismo nos ha regalado momentos esperpénticos.

Personalmente no considero que sea una buena noticia porque ha aumentado, exponencialmente, la desafección de los ciudadanos con la política y los que hoy formamos parte de ella.

Que en nuestra ciudad voten solamente el 50% de los habitantes ya da muestra de lo alejada que está la sociedad palmesana de la política, en gran parte, por la falta de regeneración democrática.

En el año 2019 decidí dar el paso a la política de la mano de Ciudadanos, como independiente, para liderar la lista al ayuntamiento de Palma, con 25 años dedicados a mi carrera profesional.

La política en mi currículum, a diferencia de los que aterrizan directamente desde las «nuevas generaciones» a un cargo, es algo circunstancial una obligación impuesta por mi parte para no ser espectadora ante el desvarío que se vive en pleno siglo XXI en nuestra ciudad, en nuestro país y en el mundo en general. Es pasar de la queja a la acción.

Desde entonces siempre he animado a la gente de la sociedad civil a participar activamente en la política, porque la política es todo lo que vivimos y sufrimos en el día a día. La política interviene en la factura de la luz, en la falta de limpieza y seguridad en las calles y en la conciliación familiar, por poner algunos ejemplos.

Exponerse públicamente no es sencillo, cometer un error político -no hablo de corrupción- puede suponer un linchamiento mediático y que personas que considerabas cercanas te traicionen, te abandonen y vapuleen para salvarse ellos. Definitivamente, la política no es agradecida.

Pero hay que hacer frente a décadas de corrupción sistémica del bipartidismo y a la ideología depredadora de quienes quieren romper desde dentro a nuestro país y a Europa.

Cada día mi equipo y yo trabajamos para recuperar la confianza de los palmesanos y mostrarles que no todos somos iguales. A un nivel muy local, lo que nos toca como regidores del Ayuntamiento de Palma, hemos recorrido todos los barrios de nuestra ciudad para escuchar a los vecinos, y comerciantes, y presentar las mejoras necesarias para ciutat.

Hoy, tras casi tres años de intenso trabajo, los palmesanos saben que hay una fuerza liberal que apuesta por la participación ciudadana, la escucha activa, y que apoya el comercio local y de proximidad, que apuesta por la movilidad sostenible, sin necesidad de criminalizar ningún tipo de vehículo, y que se preocupa por la falta de infraestructuras, seguridad y limpieza en los barrios y en el centro de Palma.

A día de hoy hemos demostrado que tenemos un modelo de ciudad más allá de las palabras, con un plan para revitalizar el comercio local, y todo un paquete de propuestas para convertir la red de transporte público y la movilidad en Palma en un ejemplo de eficiencia y eficacia. Nuestras más de 30 enmiendas al PGOU y ser el grupo municipal que presenta más enmiendas a los Presupuestos dan muestra de nuestra capacidad de trabajo y de que la familia liberal tiene un equipo fuerte que trabaja mano a mano con sus representantes en ‘Cort’.