Pasan dos meses del 2022 y ni el mundo ni nosotros somos los mismos de antes de la covid. Las prioridades han cambiado en lo personal y también en política.

Si en los balcones de medio país se podía leer hace un año «todo irá bien», en los objetivos políticos de Unidas Podemos ahora se lee esta frase: «Esto ya no nos vuelve a pasar». Tenemos claro que las vías hacia la fortaleza económica cuentan con la ciencia, la innovación y la investigación. En realidad, estamos en ese 84% de personas que consideran positivo invertir en ciencia según la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia elaborada por FECYT en 2020.

En el Congreso ya se ven los primeros pasos con la aprobación de la nueva Ley de Ciencia, que va crear nuevos contratos indefinidos para estabilizar las plantillas con el objetivo marcado de sacar de la precariedad la labor de investigación. La negociación con Unidas Podemos ha conseguido que los contratos de investigación tengan indemnización por fin de contrato. Queda que los presupuestos generales del Estado sigan reflejando la apuesta por la ciencia de este país ampliando la partida hasta ponernos en la media europea del 2%.

Nosotras tenemos propuestas para poner en pie la ciencia y la investigación balear y las hemos presentado esperando el voto de consenso en el Parlament. La posibilidad de encontrarnos en el avance y el progreso sería una buena noticia para quienes estamos cansadas de ruido, de insultos y de políticas reactivas.

Por eso exigimos al Estado que pague la parte a la que se comprometió para ayudarnos con la financiación del proyecto de Pol Marí para el Moll Vell de Palma. Un proyecto que pretende aglutinar a los principales actores científicos en el ámbito e impulsar un polo de excelencia en investigación marina. Con él en marcha se podría desarrollar un ecosistema innovador en ciencia y tecnología marina para las islas.

No cesamos en el empeño de que la investigación sea considerada como inversión y no como gasto. Pidiendo este cambio va otra de nuestras propuestas, primero porque cada euro que se invierte nos deja un beneficio incalculable y segundo porque el cambio liberaría de trámites burocráticos que dificultan la puesta en marcha de muchos proyectos. No valen más obstáculos, hay que empujar hacia el futuro sin limitaciones porque la vida de muchos jóvenes está aquí. Porque es primordial acabar con la fuga de cerebros.

También instamos al Govern a que no deje pasar la oportunidad de incorporar en nuestro catálogo formativo el Grado en Ciencias Ambientales. Las islas son ricas en biodiversidad, tenemos que sacar partido a nuestras posibilidades de futuro. Es negro sobre blanco: cuantos más sectores económicos activemos, más oportunidades tendremos, más prosperidad.

En nuestras propuestas también requerimos el compromiso institucional para superar la brecha generacional y para que se aligere y se amplíe la oferta de becas. En este sentido, quiero decirle a la gente joven que en Baleares habrá oportunidades para que se dediquen dignamente a la investigación y a la ciencia. Las vamos a conseguir y se las vamos a ofrecer.

Si el sistema educativo de Baleares invierte en su formación, sería ideal que, después, estos jóvenes puedan contribuir con sus conocimientos universitarios al avance de las islas. Que el conocimiento que aquí se genere, sirva luego también aquí. Esto es construir comunidad, hacer patria. Nuestra intención es clara y la energía para conseguirlo es, aviso, inagotable. No vamos a dejar escapar a ningún Ramón y Cajal, ni mucho menos a ninguna Alicia Sintes.