En mi tribuna dedicada a las repercusiones de un posible conflicto entre Rusia y Ucrania introduje cuatro temas de debate relacionados con el sector ganadero. El que tiene mayor trascendencia se refiere a la excesiva dependencia externa que tiene la ganadería de las islas en cuestiones de alimentación. Es un tema complejo, pero central para los bolsillos de los ganaderos, y es que la factura de piensos y cereales supone el 60% de sus gastos corrientes.

Expongo el problema. Es cierto que en Islas Baleares tenemos una ganadería básicamente extensiva o semiextensiva, incluyendo el 80% de las explotaciones de vacuno de leche, o el mismo porc negre. Pero también tenemos una ganadería intensiva que hace un manejo muy adecuado, y que, por ejemplo, produce las más de 60.000 lechonas que disfrutamos cada año con amigos y familiares. Esto no significa que los animales se alimenten y engorden con el único aporte nutricional que consiguen pastando en los predios. De hecho, el pastoreo representa entre un 20 y un 60% de las necesidades de cada animal. En el mejor de los casos, un 40% de lo que comen son cereales, forrajes y leguminosas que o bien cultivan los payeses o tienen que comprar fuera. Un porc negre consume al año 800 kg de cebada y 200 de habas o guisantes y una vaca de leche consume 10 kg de alfalfa al día. Sin la energía y las proteínas que aportan los cereales y leguminosas, el crecimiento o el engorde de los animales sería muy desigual, caería la productividad y daría problemas en la comercialización.

La actividad ganadera en las Islas Baleares permite la gestión de gran parte del territorio, ya sea a través del pastoreo o por el consumo de los cereales y forrajes que se cultivan en buena parte de estas hectáreas. El abandono de este uso del territorio tendría importantes consecuencias ambientales en pérdida de biodiversidad, erosión de las zonas en pendiente y matorralización de los paisajes. Por lo tanto, no duden que el equilibrio entre agricultura y ganadería es la manera más eficiente de mantener todo esto. El problema es que aunque tenemos alrededor de 132.200 has de pastos solo tenemos declaradas en la PAC unas 56.500 has y las necesitamos todas. Son pastos mediterráneos, muchos de ellos arbustivos, con un valor nutricional moderado, que se agostan en verano, y muy sensibles a la falta de lluvia. Por otra parte, tenemos una cabaña ganadera formada por 250.000 cabezas de ovino, bovino de carne y de leche, caprino y porcino. Para alimentar esta cabaña de forma equilibrada, calculamos que además de 94.700 has de pasto, necesitamos en torno a 20.000 has de cultivos forrajeros y 66.500 has de cereales y leguminosas como son el favó, la veza, o los guisantes y garbanzos forrajeros. La superficie que tenemos destinada a pastos y forrajes será suficiente en un año normal de lluvias, pero un año de sequía la disponibilidad de alimento caerá hasta el 70%. Pero donde tenemos un desequilibrio importante es en el cultivo de cereal y sobre todo de leguminosas, con un déficit de más de 20.000 has y cuya superficie desciende cada año en un 2%.

Este problema afecta a la ganadería de toda España, y por esta razón, en la próxima PAC se ha incluido el llamado Plan PROTEICO. Se trata de un plan conformado por cuatro tipos de ayudas por superficie para fomentar y recuperar estos cultivos, reducir la dependencia de materias primas esenciales para alimentación animal y humana, con una mayor garantía de sostenibilidad y con el objetivo de reducir la huella ambiental en su transporte. Estas ayudas, cuyo importe en Baleares será un 16% superior al de la península, irán destinadas a la producción de legumbres, la producción de leguminosas forrajeras, la producción de oleaginosas, y, por último, a la producción de semillas certificadas de estos mismos cultivos. Junto a estas ayudas, uno de los ‘Ecoesquemas’ fomentará la rotación y diversificación de cultivos permitiendo combinaciones de cereales y leguminosas tan viables en Baleares como son la mezcla de cebada y trigo con veza, y con un importe de ayuda que de nuevo en Baleares será superior al de la península. La primera prioridad es aprovechar este plan.