En enero-febrero de 2015 en pleno debate de la Conferencia Política del PSIB que propicio el programa electoral que le dio la victoria en mayo; un colectivo de militantes la mayoría con larga tradición sindicalista planteó la necesidad de combatir activamente la Reforma Laboral de 2012.

Debo reconocer que apenas levantábamos cabeza de una etapa iniciada en la frustración de la huelga general de marzo de 2012 que significo la ruptura de un consenso básico de 1978; el Estatuto del Trabajador y la movida que supuso el 15M con las elecciones europeas de 2014.

Aquel debate ya suscito la polémica entre derogación de la Reforma Laboral o su reforma. Debate que se mantuvo de hecho hasta 2019, momento en que los sindicatos plantean una actuación por etapas que debía culminar con un nuevo Estatuto del Trabajo acorde con los retos del s. XXI, nuevas tecnologías y globalización

Mas adelante con el Pacto PSOE-UP’s se concretan en los pasos siguientes:

- Modificación de la Ley Mordaza en lo que atañe a los piquetes en la acción sindical.

- Modificaciones de la Reforma laboral en los aspectos limitadores de la actividad sindical y recuperación de la negociación colectiva.

- Una profunda adaptación de la contratación laboral con el objetivo de reducir significativamente la precariedad y la dualidad como exigencia de la Unión Europea.

- Redacción de un nuevo Estatuto del Trabajador/a que sea contemporáneo de la digitalización y globalización del mercado laboral.

Quizá sería deseable que todo ello culminara con un Nuevo Contrato Social de ámbito europeo que tiempo ha, reclaman economistas y sociólogos reconocidos en este país y en Europa como Antón Costas, Joaquín Estefanía, Carles Manera, y en otra órbita, pero también apreciados, como Stiglitz, Tiroli o Piketty.

Sin embargo, son muchos los comentaristas y medios que han plantado el imaginario de un PSOE reacio a cumplir sus compromisos utilizando para ello la dicotomía, artificial sin duda, de una Ministra de Trabajo exigente, frente a una Ministra de Economía reticente, Solo desde el desconocimiento, o la mala fe se puede obviar la voluntad del PSOE de ir completando esta tarea, si bien es cierto que hoy carece de portavoz que sea referente en el ámbito nacional en relación al mundo laboral, no así en el autonómico en que el Conseller de Trabajo ha sido protagonista interno y público en esta tarea.

La Ley Mordaza ya fue modificada en lo que afecta al ámbito de la acción sindical, especialmente lesivos en la acción de los piquetes y comités de huelga

La modificación de la Reforma Laboral pactada se hace con el consenso de Sindicatos y Empresarios y con ello se desbloquea aquello que más perjudica la LIBRE acción sindical y Negociación Colectiva

La actualización de Salario Mínimo Interprofesional no solo beneficia a los trabajadores sin convenio, sino que abre expectativas para que las zonas más desfavorecidas de quienes si tienen Convenio vean revisada al alza su posición. Sin olvidar, que al fijarse la prevalencia del Convenio Sectorial y la no caducidad de este facilita, sin duda, que los sindicatos y los trabajadores actúen de forma consecuente.

El PSOE de los años 80 ya consideraba que la Democracia debe alcanzar el ámbito económico y que la Igualdad de oportunidades solo es consecuencia de una política fiscal que alcance al Patrimonio. Parece que este pensamiento ya se materializa no solo en la academia, Europa nórdica lo materializo en el s. XX. Hoy, las consecuencias de las sucesivas crisis, financiera de 2008 y la pandémica de 2020 sitúa al Estado como el único garante, lo que nos obliga a perseverar.