En estos días de felicitaciones y buenos propósitos, no podían faltar los buenos propósitos de este pregonero foraster del sector primario. Han pasado tres días desde que comenzó 2022 y es un buen momento para compartir cuáles son los planes de la Dirección General de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural para este año que comienza.

En primer lugar, y sin demora, habrá un importante esfuerzo en el Plan de Regadíos. En este primer trimestre se someterá a información pública el Plan General de Optimización de las Aguas Regeneradas para Regadío de las Islas Baleares y a lo largo del año 2022 deberá estar aprobado el documento definitivo. Este instrumento será importante para redimensionar el regadío en las islas sobre la base de las infraestructuras ya existentes y las planificadas para los próximos cinco años. Arrancaremos con los tres primeros proyectos de regadío previstos en la primera fase del plan financiado con los Fondos Next Generation, y que se corresponden con los de la isla de Formentera, los municipios de Porreres – Felanitx y la isla de Menorca, y daremos los pasos junto al Ministerio y SEIASA para definir los proyectos de Sant Jordi - Campos - Llucmayor y de Eivissa, incluidos en la segunda fase. Por último, tendremos que diseñar y poner en marcha junto a las Comunidades de Regantes, una estructura de asesoramiento y apoyo integral a la gestión del regadío que dé estabilidad a todo el esfuerzo realizado en estos años.

2022 consolidará la dinámica de trabajo que ya empezamos hace un año con cada subsector productivo. Habrá que terminar de engrasar el funcionamiento de las Mesas Sectoriales Agrícolas para que todas vayan dando frutos concretos, y tendremos que poner en marcha las Mesas del Sector Ganadero de forma paralela a la elaboración final de los que será el Plan Estratégico de la Ganadería de las Islas Baleares, y que incluirá actuaciones para cada una de las ramas ganaderas, algunas de las cuales, como las del porc negre, o el ovino, no pueden esperar. Las Mesas Sectoriales son la fórmula que elegimos como Consellería para avanzar, y aunque el sistema de trabajo es laborioso y exigente, los logros compartidos son mucho más estables. Seguiremos adelante con la aplicación del Plan de Choque del Sector Lácteo de Menorca recientemente firmado y que sin duda tendrá su complejidad. Será el primer año de evaluación del Plan de Restructuración de Frutos Secos de Islas Baleares. En enero tendremos finalmente aprobado el Plan de Acción de Biodiversidad Cultivada que servirá para ordenar todos los esfuerzos que ya hacemos en la conservación de las variedades locales. Antes de que comience la nueva campaña de exportación, habremos terminado de consensuar el Plan Regional de la Patata, cuyas acciones fortalecen las cuestiones fitosanitarias y de mejora ambiental de la producción con el objetivo de no perder competitividad. Plantearemos nuevas actuaciones de futuro como es un Plan Proteico en línea con el que se define en la PAC para España y que es básico para reducir nuestra dependencia en la alimentación del ganado. Sin dudarlo, en 2022 habrá que apoyar la creación de una Organización de Productores de Olivar de Montaña si queremos aprovechar el nuevo Programa Sectorial previsto en la PAC para dar el apoyo al Olivar de la Sierra de la Tramuntana. También tendrá su lugar el sector del vino con un nuevo impulso a la restructuración y reconversión de viñedo en línea con la apuesta por la calidad.

El trabajo de apoyo sectorial irá de la mano de la continuidad de los esfuerzos en sanidad vegetal y animal y de nuevos instrumentos técnicos, como el Registro Vitícola o una Cartografía de los Suelos Agrarios, en los que ya trabajamos. Como telón de fondo de todo ello, la aplicación de una nueva ley de mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria que compromete muy de lleno a todos los sectores productivos. En definitiva, muchos planes, que no deseos para los que pediremos el apoyo a los Magos de Oriente.