De las quince ciudades más grandes y pobladas de España, Palma es la tercera con peor calidad de vida. Es la que mayor porcentaje de habitantes tiene insatisfechos con el coste de vida. Está por debajo de la media en seguridad, educación y movilidad. Suspendemos en casi todo.

De las capitales de provincia es la quinta más sucia, también la quinta en peor movilidad y una de las más inseguras. El agua, el transporte público y las tasas de residuos son de las más caras de toda España. Y desgraciadamente, está entre las cinco ciudades donde el acceso a la vivienda es más caro.

Este es el modelo de ciudad que el actual equipo de gobierno municipal y el alcalde José Hila ha conseguido en seis años para Palma.

De entre todas las competencias que tiene un Ayuntamiento, la redacción del Plan General de Ordenación Urbana es el mejor instrumento para conocer las decisiones que se toman y los condicionantes para el futuro de Palma.

Es la norma municipal que define el proyecto de ciudad. Que define cómo debe ser la movilidad, los accesos a la ciudad, las zonas verdes, el ocio, la vivienda, el modelo turístico, y un largo etcétera. Debe determinar qué zonas se protegerán, dónde estarán los pulmones verdes, los colegios, los equipamientos necesarios, como cubriremos las necesidades de vivienda en general y de jóvenes en particular. En definitiva, debe marcar las reglas de todo lo que nos afecta en la ciudad y de todo lo que nos aporta bienestar.

  El gobierno municipal de Hila, el PSOE, Més y Podemos, con sus luchas internas, han hurtado el debate necesario para presentar, discutir o contrastar cualquier atisbo de reflexión y planteamiento a su modelo de ciudad. Porque no olviden que estamos hablando de la ciudad de todos, no solo de unos pocos.

Para Hila, no existe ese posible debate. Ahí radica la gran estafa. La opinión pública no conoce nada sobre los planes que en los despachos han pactado Hila y sus socios, al calor de la moqueta de Cort, lejos de las calles.

¿Por qué este oscurantismo sobre la redacción y elaboración del Plan General de Palma? La democracia y la transparencia son los dos primeros condicionantes para un gobierno, especialmente para un ayuntamiento.

No podemos admitir más, que cada vez que se quiebran estos principios, tal y como dicen los que hoy gobiernan en el Ayuntamiento de Palma, que la sociedad es la culpable. Porque el alcalde Hila y sus socios de Més y Podemos son directamente responsables de las decisiones erróneas y arbitrarias que están condicionando, contra la opinión e intereses de los palmesanos.

Por ello, el pasado día tres de este mes, el Partido Popular junto al resto de la oposición solicitamos un pleno extraordinario con el fin de dar luz y taquígrafos al Plan General, una ampliación de exposición pública hasta el veintiocho de Febrero y la comparecencia de hasta siete regidores para que expliquen a la opinión publica todo aquello que afecta a sus áreas y de qué modo se ha planteado en cada una de ellas.

El modelo de ciudad de todos no se merece las sorpresas que nos encontraremos.