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Jose Jaume

Desde el siglo XX | La Policía contra el Gobierno: impunidad con la «ley mordaza»

Manifestación en Madrid en defensa de la Ley de Seguridad Ciudadana. La extrema derecha policial tomará las calles junto a Vox y PP

EUROPA PRESS

Denuncié un robo en la comisaría de la Policía Nacional de s’Escorxador. El agente que me atendió, educado y afable, mostraba visiblemente en su mesa un calendario o algo parecido del sindicato Jusapol, mayoritario en la Policía Nacional y Guardia Civil, Es una organización de extrema derecha, bien conectada con Vox. Le pregunté, haciéndome el ignorante, qué era eso de Jusapol. Me respondió, ufano, «nuestro sindicato». Manifestación motorizada de Vox en Palma. En Vía Alemania un mando de la Policía Local confraterniza con los que insultan al Gobierno. Les hace el saludo militar. Este sábado, en Madrid, «rompeolas de las Españas», definición cursi en boga durante la dictadura, los sindicatos policiales, sin excepción, se manifiestan para que no se toque la ignominiosa ley mordaza aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy cuando disponía de la mayoría absoluta. Arguyen que la reforma que se pretende los deja a los pies de los caballos, inermes ante manifestaciones que de antemano presumen violentas. Desfilarán con el lema «no a la inseguridad ciudadana», efectivo banderín de enganche para las amplias capas sociales receptivas a que el miedo inducido las uniforme. Lidera Jusapol, que se ha hecho con el santo y seña en los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado. Qué quieren los policías: esencialmente seguir disponiendo de la impunidad que les otorga la ley mordaza, que su palabra sea prueba de cargo suficiente para condenar, seguir haciendo registros corporales (desnudos integrales). La reforma pretendida por el Gobierno, que se tramita en el Congreso de los Diputados, no deja inermes a las policías; es más bien moderada limitándose a modificar 23 de los 54 artículos de la Ley de Seguridad Ciudadana. Entienden los policías que los «criminaliza», los «vende», pone «en riesgo» a sus familias; no aceptan que puedan grabarse sus actuaciones difundiendo imágenes en las que, a veces, se ha constatado la brutalidad policial.

La derecha política se ha apresurado a anunciar que asistirá a la manifestación, codo con codo con los policías y guardia civiles. Estarán Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, lamentable director y destacada solista de la «gran orquesta» notoriamente desafinada que hoy es el PP. También los dirigentes de Vox. En algún acto de este partido ha participado Javier Ortega Smith, que pugna por ser el más ultra entre los ultras del partido de Santiago Abascal y Macarena Olona, dirigente de la extrema derecha que a su inteligencia añade desmedido desparpajo.

Estamos ante desafío con todo al Gobierno del presidente Pedro Sánchez, a las bravas. Casado dice que la calle no aguanta más. Puede. No se ha enterado que el beneficiario del incendio que se desea provocar no será su partido sino Vox. En los cuerpos policiales el PP casi está tan mal visto como el PSOE. Es Vox quien cosecha réditos, el que los moviliza. El desafío de las policías no es poca cosa. Defender la ley mordaza atisba escaso compromiso con las libertades públicas, con el derecho de manifestación, con que no se violente a quien sale a la calle. Observar la represión ejercida con los trabajadores de los astilleros de Cádiz y cómo se contemporiza con los fascistas que en Madrid exaltan al dictador Franco constata por dónde transita parte sustancial de las policías españolas. Se dirá que no son todos los agentes, que la diversidad ideológica es la misma que existe en la sociedad. Jusapol es hegemónico. La organización en la que cacarea Javier Ortega Smith.

Acotación metepatas.- Pablo Casado y su familia en misa por el alma del «caudillo». Conviene rezar mucho por él. Su purgatorio será muy largo. Hay misas que retratan a quienes asisten. Dicen en el PP que no se enteró, que entró cuando la celebración se había iniciado, que no se percató de las coronas de flores y de las banderas con el águila de San Juan, la del franquismo. Peor lo ponen. No cuela. La Fundación Francisco Franco le ha dado las gracias. Enhorabuena.

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