Las elecciones primarias de Més para designar a sus cabeza de lista para los próximos comicios autonómicos han deparado la sorpresa de otorgar la victoria a los candidatos más alejados del aparato del partido y hasta incluso apartados por su dirección actual. De este modo, Lluís Apesteguia será el aspirante a la presidenta del Govern y Jaume Alzamora a la del Consell, todo ello en detrimento de las aspiraciones de las oficialistas Maria Ramon y Bel Busquets, respectivamente. Neus Truyol, sin contrincante para la alcaldía de Palma, ha sido ratificada.

Es un resultado que transmite un claro mensaje de contestación por parte de la militancia y pone a prueba primero la consolidación de Més como partido y después la del pacto de Govern. El candidato ecosoberanista electo lleva tiempo reclamando una revisión de los acuerdos de legislatura y postulando un mayor peso de su formación en el Ejecutivo autonómico.

La sorpresa de las primarias no está solo en su resultado, sino en la misma participación. Con las primarias se ha visualizado un nítido distanciamiento de las bases con respecto al aparato orgánico del partido, pero también es cierto que la participación, ante propuestas diferentes, no ha logrado superar el 58%, lo cual habla a las claras de desmotivación. Parece haber quedado patente el descontento de la militancia por lo que respecta a los políticas asumidas en los últimos tiempos por Més en cuanto a lengua, territorio y financiación autonómica de manos de un coordinador, Toni Noguera, que no ha sabido responder a las expectativas capaces de marcar perfil propio y definido para la formación.

Apesteguia no será un candidato desconocido. El ahora alcalde de Deià acumula un recorrido, tanto político como institucional, en el que resaltan sobre todo dos hechos, uno en cada ámbito, el arrinconamiento sufrido en el seno del partido y su labor como negociador de la autopista de Campos con la socialista, ahora consellera de Presidencia, Mercedes Garrido.

El nuevo líder rescatado de la marginalidad por la militancia deberá evitar cualquier tentación de venganza. Tiene ante sí un mes de noviembre complicado en el que necesitará usar tacto y habilidad para elegir a una nueva coordinadora de Més que a su vez sea fiel a lo que representa la candidatura ganadora y del agrado mayoritario de las bases. La integración y el consenso se perfilan como elementos claves no solo para la futura solidez de Més, sino de un pacto de Govern que entra en revisión y que, de los 28 meses de legislatura, lleva 21 condicionado por la pandemia.

Será inevitable que la nueva coordinadora del partido sea una mujer porque una organización que también se define como feminista no puede tener a todos sus cabeza de filas varones. En este sentido, Carme Gomila, Marta Carrió y Laura Celià se perfilan como las mejor situadas, sin descartar aún a Maria Ramon, recuperable para tal función.

Para poder coser el partido, rescatar por lo menos los dos diputados perdidos en Mallorca en las últimas elecciones y superar el mal endémico de las peleas internas, será imprescindible saber trabajar con reivindicación y con responsabilidad. Més necesita reconocer a sus propios candidatos electos para reencontrarse con las bases, ganar perfil propio y peso específico diferenciado en las políticas del Govern.