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José Francisco Conrado de Villalonga

Implorando a la diosa Némesis

Sánchez presidente del gobierno central acaba de remodelar su gabinete y la apariencia, por sus repetitivas explicaciones, es que todo sigue igual. Cuanto más habla peor. El nuevo ejecutivo, según él, nos conducirá a la prosperidad que no ha logrado con el anterior. Intenta ocultar la mala situación del país distrayéndonos con argumentos simples, como que la edad media del ejecutivo se ha rebajado en cinco años o que hay más mujeres que ocupan carteras ministeriales. ¿Y eso qué? Lo que importa es que ponga gente competente con independencia de que sea hombre o mujer o cualquier otra variedad sexual con las que nos ilustra la ministra Montero. La competencia no es patrimonio de la juventud ni de la edad avanzada, es de quien la tenga. Se podría pensar que Sánchez con sus argumentos de vendedor ambulante convence a la ciudadanía y no, hay más discernimiento del que piensa.

La situación del país es mala, muy mala, el gobierno se sostiene por grupos políticos que precisamente buscan desestabilizar. Unidas Podemos y su populismo bolivariano son intocables. El Financial Times acaba de publicar la noticia de que España es el país europeo con los ratios más altas de contagios por la covid-19. Ni el gobierno central ni los autonómicos son capaces de poner coto al desmadre de los botellones, ¿para qué sirve tanta policía? La Agencia Europea ha recomendado que se refuercen las áreas donde se reúnen los jóvenes y adolescentes y ese mismo día el gobierno relaja el uso obligatorio de la mascarilla y, ya está ahí el rebrote que tanto perjudica a la industria turística. La intervención General de la Administración del Estado ha informado que el gasto de asesores hasta mayo ha alcanzado la cifra de 26,5 millones, un 17% más que en el mismo periodo del año anterior, también ha dicho que hemos pagado hasta esta fecha 58,4 millones para retribuir «Altos Cargos», a los que habrá que añadir el gasto de la niñera de la Montero, tema sobre el que la Fiscalía esta ya investigando. Por cierto, la ministra de podemos nos ha metido en un lío familiar, social, administrativo y jurídico con su ‘Ley Trans’ y en otro con la ‘ley del Sí es Sí’. Esta señora de Iglesias debe de tener un problema sexual. La vida es más simple y por mucho que intente regular, desde la ignorancia jurídica, en el tema de las relaciones íntimas finalmente serán los jueces quienes elucidarán la voluntariedad o no del acto sexual.

En la remodelación anunciada se siguen manteniendo veinte y dos ministerios, algunos con contenido escaso, como el ministerio de consumo de Garzón, -izquierda unida-, que recomienda no comer carne, ya ha sublevado a los ganaderos. Sánchez le ha desautorizado con una sola frase, «a mí donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible»... frase que desde el punto de vista gramatical resulta lamentable, no soporta el más mínimo análisis sintáctico. Probablemente en sus acostumbrados viajes al extranjero habrá aprendido a pedir, en los restaurantes de lujo que frecuenta, eso de «jusqu’ au point». Con independencia del chuletón y las leyes sexuales que pueden entretener a determinado público, Sánchez y sus ministros han acabado en dos años con el régimen del 78 y el resultado es que tenemos un país confundido. Han sustituido el entendimiento por la arrogancia, el engreimiento, la chulería sin causa, la jactancia, discursos vacuos y promesas incumplidas. Se ha despreciado cualquier consideración de ética política y por mucho que se les llene la boca con la palabra democracia, el frecuente recurso del decreto-ley equivale al «ordeno y mando de otros tiempos», que tanto airean y denuestan.

Y todo eso no parece tenga remedio a corto plazo. Cuando algún seguidor de mis artículos, -interrumpidos a causa de un accidente-, me pregunta ¿qué crees que podemos hacer ante esta situación?, solo se me ocurre aconsejarles que acudan a la mitología griega y encontraran respuesta en la diosa Némesis cuya misión principal era castigar a quienes no seguían los mandatos del pueblo, era la diosa de la justicia retributiva, de la venganza y del equilibrio. Castigaba la desmesura y dejaba claro que los mortales no pueden ser excesivamente suertudos y sobre todo no deben con sus actos trastocar la cordura. Medía la excesiva felicidad de los individuos a quienes solía castigar con crueles correctivos si se mantenían en una posición inmerecida. Representaba la personificación de la moralidad y de la reprobación de todo exceso. Némesis, tenía su Santuario en la ciudad de Ática, y su culto se extendía por Persia, Egipto y Etiopía. En Roma tenía su altar en el Capitolio y durante los imperios de Claudio y Adriano incluso se llegó a acuñar moneda con su efigie.

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