Diario de Mallorca

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Alex Volney

Mañana sol...

Lluís Companys.

Don Lluís Companys volvió a Barcelona para restaurar el gobierno de la Generalitat que el Frente Popular ayudó a recuperar el 26 de febrero de 1936. Companys cumplía condena de 30 años de prisión en el penal del Puerto de Santa María. El 12 de septiembre de 1933 Lerroux había formado gobierno. El 29 de octubre del mismo año en el teatro de la Comedia en Madrid había tenido lugar la fundación de Falange. En las elecciones generales del 22 de noviembre de 1933 el conglomerado de las derechas obtendría la victoria. En las zonas de voto anarquista la abstención allanó el paso a las fuerzas reaccionarias. El 22 de diciembre de 1934 Alcalá Zamora recibió propuesta de nuevo Estatuto Vasco. Se irían sucediendo manifestaciones antifascistas en Barcelona como respuesta a los actos filonazis en El Escorial. Mientras Himmler se iba haciendo cargo de los campos de concentración en la Península sucedían los hechos de octubre y en Catalunya Companys proclamaría la República Catalana para un año más tarde y desde prisión ver decretada la amnistía que frenaba de golpe el meteórico ascenso de su figura. Restablecer más o menos el gobierno de Catalunya y devolver sus atribuciones para encauzar de nuevo la ley de contratos de cultivo. El Gobierno del Frente Popular ofrecería apoyo a una nueva oportunidad cumpliendo así el contrato electoral asumido por Azaña. Un mes antes también había logrado la victoria en el pais vecino el Frente Popular francés. El 12 de julio del mismo año fue abatido, cuando salía de su domicilio, el teniente socialista José Castillo. El mes anterior falangistas armados habían asesinado al capitán Carlos Faraudo. Castillo se había casado en junio y en la víspera la novia recibió una misiva diciendo por qué se casaba con un futuro cadáver. Falange iniciaba una oleada de violencia muy difícil de frenar y que suponía ya la punta del iceberg, por venir, de lo que todos ustedes conocen.

Mientras Companys iba volviendo, José Antonio iba posando en la foto con el equipo de fútbol de la cárcel. Cumplía por desacato dos meses y un día. La actividad violenta llega al punto álgido con el tiroteo de la casa de Largo Caballero. La deriva que se vivirá en adelante ha condicionado los decenios posteriores. La espiral de violencia culminó afianzando una cremallera de muertos por las cunetas.

Antes de salir de la cárcel el presidente catalán había recibido manifestaciones de desacuerdo entre los suyos. Pi i Sunyer le daba a entender que no comprendía nada de nada. El president encarcelado había advertido a sus compañeros que una amnistía sería «políticamente desventajosa», se apelaba al sentimentalismo electoral. Hitler seguía avanzando y ocupando Europa a sus anchas.

En marzo de 1931 una nueva formación, que hoy ya cuenta con noventa años de historia, nacía con un par de ramas principales: el separatismo d’Estat Català (el de Macià) y el republicanismo de su president (y de M. Domingo). Esta formación marcaría su hegemonía en los posteriores cinco años hasta la detención por la gestapo y posterior asesinato de su líder y presidente de Catalunya a manos de la horda franquista.

La figura del honorable es la única de líder de un país fusilado durante la segunda guerra mundial en Europa. Pablo Neruda le dedicaría su Canto en la muerte y resurrección de Ll. Companys. El 15 de octubre de 1940 nace el mito inmolado por Catalunya hoy todavía a la eterna espera de un gesto.

Balbuceando la caverna se remueve. Ese guerracivilismo permanente es casi como una línea editorial, una colección de títulos que dan mucho rédito a pesar de su insignificante contenido. En el interior del Principat más de lo mismo. ERC siempre fue vista por el espacio convergente como la culpable de todos los males del país y hoy vemos despertar, una vez más, los gritos de traición a sus líderes en el intento de volver a algo que se asemeje a la normalidad. Han cambiado los perros, pero los collares son los mismos. Vertiginosa y temeraria deriva a ambos lados solo frenada por los mercados o lo que es más claro aún, que desde el principio estemos hablando de una contienda, de un pulso, entre las élites. Hoy nos salvarán los mercados y la necesidad de recuperar la actividad económica. Tanto ruido y tanto sufrimiento, tanta gesticulación mientras se esperaba el gesto. Contrasta que tarden unos noventa años en volver a intentar formar gobierno mientras las élites a su vez hayan decidido que mañana ¡sol... y buen tiempo!

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