Con motivo del día del Medio Ambiente la sociedad debe saber que, contrariamente a lo que se puede percibir en un primer momento, las explotaciones agrarias llevamos más de tres décadas trabajando para mejorar la sostenibilidad medioambiental de sus explotaciones. Desde el año 1990 el sector ha reducido en un 20% sus emisiones y un 18% los vertidos de nitratos, según datos de la Comisión Europea. A nivel nacional, la agricultura apenas supone un 12% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y en el caso de Balears estas cifras bajan al 2 %, suponiendo el 92 % de las emisiones las causadas por el procesado de la energía.

Es fundamental comunicar e informar de la realidad y huir de visiones alarmistas sobre el sector, porque la agricultura y la ganadería son parte de la solución y no el problema. Los cultivos son emisores de oxígeno a la atmósfera, actúan como sumidero de CO2, evitan la desertización y ayudan a regular el clima y la hidrología, generando importantes beneficios sociales y medioambientales que se deben poner en valor. Es primordial no culpabilizar a los productores ni a la agricultura, vital en nuestras islas para conseguir una gestión territorial sostenible social y medioambientalmente.

Pero también es importante que la sociedad conozca que dicha sostenibilidad medioambiental no será posible sin una sostenibilidad económica.

Nos encontramos en un momento en el que se está pendiente del acuerdo de la reforma de la Política Agraria Común (PAC). Como Cooperatives Agro-alimentàries estamos comprometidos para llevar a cabo los requisitos de la Estrategia «De la Granja a la Mesa» y «Biodiversidad 2030», pero la arquitectura verde debe tener en cuenta la sostenibilidad económica del sector agrario europeo y en particular de las islas. Necesitamos una PAC suficientemente dotada para poder abordar las nuevas exigencias que se deberán adoptar en el sector en los próximos años, y es preocupante que la Comisión no haya hecho público el estudio de impacto económico de la aplicación de dichas estrategias verdes que plantea. Es necesario potenciar los enfoques colectivos que llevan a cabo las Cooperativas, en las inversiones y en los eco-esquemas, reconocer y mejorar el asesoramiento que realizamos, y en general invertir en sus industrias como parte fundamental para avanzar en la cadena de valor de los productos. Las Cooperativas tenemos una estrecha relación con el territorio, creamos valor y medio de vida, no nos deslocalizamos.

Las cooperativas y sus socias y socios estamos plenamente comprometidos con los objetivos del Pacto Verde, pero no podemos cambiar el modelo de producción sostenible con la imposición de medidas imposibles de llevar a la práctica, políticas incoherentes entre sí y con una reducción continúa de recursos. El sistema productivo de la UE es el más avanzado a nivel mundial en términos medioambientales, de seguridad y calidad alimentaria y de bienestar animal, y las autoridades deben exigir esos mismos requisitos para las producciones que provienen de fuera de la unión.

Desde Cooperatives Agro-alimentàries Illes Balears estamos absolutamente comprometidos con la producción de alimentos sanos y de calidad, y el consumidor podrá encontrar en nuestras Cooperativas autentico producto local, un producto de proximidad, sembrado, producido y transformado en Balears.