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Negar la evidencia

A propósito del estudio de la no existencia de impacto visual de las enormes carpas de STP en el Muelle Viejo del puerto de Palma

Negar la evidencia

Parece ser, según hemos podido leer en este periódico, que un estudio de la Autoridad Portuaria de Baleares llega a la conclusión de que las carpas de plástico que cubren los grandes yates de los muelles comerciales no producen «impactos visuales significativos». Me pregunto si la visual está tomada desde diferentes puntos del puerto y de la ciudad o, por el contrario, desde los despachos de dicho organismo.

Pero todavía sorprende más que se quiera hacer cómplices del mismo a una concejalía a la que se le denomina «Modelo de Ciudad» -y no es broma-; y a mayor atrevimiento a la Comisión Balear de Medio Ambiente, cuyo presidente parece ser un miembro activo del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria. No se entiende que un partido político como Més per Mallorca, al que pertenecen la regidora de dicha concejalía y el responsable de dicha Comisión, en el que se integran, entre otros partidos, Els Verds, se avengan a lo que es injustificable, por mucho informe interesado, pagado seguramente con los dineros públicos de la Autoridad Portuaria, y pretender justificar la realidad visible a simple vista, valga la redundancia.

Desconozco qué intereses claros, oscuros o claroscuros hay detrás de esta maniobra de convertir el Moll Vell en un gran polígono industrial. Creo recordar que leí hace años, cuando el presidente de dicha «Autoridad» era Francesc Triay, que no pudo llevar a cabo su proyecto de operar los buques de línea regular en su sitio natural, los muelles comerciales, porque el Ayuntamiento en aquellos momentos consideró que dichos buques producían impacto visual frente a la Catedral. Tampoco es broma, aunque en este artículo da la sensación de que casi todo suena a ella.

Quizás estas grandes estructuras de plástico podrían tener también su continuidad en el Parc de la Mar, que tampoco quiere proteger el Ayuntamiento, ignorando las peticiones de ARCA, donde también contarían con la posibilidad de tener yates a flote en su lago. Efectivamente, mediante un buen estudio quizás se llegaría a la conclusión de que «no existe impacto visual significativo» o podría hacerse pasar por arte contemporáneo.

En el mismo artículo de prensa se presenta como «proyecto estrella» la construcción de nuevos atraques y explanadas para ferris en el Dique del Oeste, con un coste de 235 millones, para ubicar el tráfico de pasajeros lo más lejos posible de la ciudad. En cambio después se prevén actuaciones vinculadas a las energías limpias y de sostenibilidad ambiental, como el discutido por las navieras Cold Ironing. Será para compensar los efectos contaminantes de tener que ir sí o sí a embarcar en vehículos hasta el punto más alejado del puerto. Recomendaría un estudio de impacto contaminante en este sentido, que quizás también daría como resultado su inexistencia significativa.

Deberían pensarse las actuaciones que se pretenden llevar a cabo tanto en el espejo de agua como en tierra, puesto que están destruyendo un puerto que era de los más bonitos del Mediterráneo y de buena maniobra para los barcos; conviene que recuerden que en los puertos operan barcos.

Cuéntenles a los responsables de la financiación europea toda la verdad. Mejor aún, invítenles a visitar el puerto y a que admiren la visual desde diferentes posiciones, para comprobar si consideran que «existen impactos visuales significativos» o negar también la evidencia.

Por otra parte, sería interesante conocer cómo interpretan las autoridades implicadas un término tan ambiguo como es el de «significativo».

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