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Antonio Tarabini

Entrebancs | La ceremonia de la confusión

Hoy, más que nunca, la política es necesaria para hacer frente a los retos que nos acosan desde el ámbito de la convivencia hasta la igualdad de oportunidades en el acceso al uso y disfrute de unos servicios públicos (sanidad, educación…), pasando por una estabilidad laboral/profesional. Pero, dicho lo cual, no resulta extraño ver y escuchar múltiples comentarios de ciudadanos/as desengañados de la política y/o de tal o cual partido del cual fueron simpatizantes, votantes e incluso militantes. Situación agravada por la pandemia del virus covid-19 que, más allá de sus efectos negativos relativos a la sanidad, está afectando gravemente a nuestros hábitos de convivencia ciudadana, y a situaciones socioeconómicas no deseables. Y para muestra un botón. El Parlamento, institución donde reside la soberanía popular, se está convirtiendo en un patio de colegio donde impera el insulto y la descalificación. Suma y sigue.

Visto lo visto no resulta extraña la desafección hacia todo lo que huela a política, en parte provocado por la aparición en el quehacer político español de dos nuevas fuerzas políticas, Ciudadanos y Podemos, con la pretensión de romper el bipartidismo vigente, el PSOE Y PP. «El personalismo de Iglesias y Rivera ha obstaculizado la renovación política que se vislumbró cuando irrumpieron Cs y Podemos» (J.Tapia).

Ciudadanos, nace con vocación centrista. P.Sánchez les propone formar un gobierno de centro izquierda, algo normal en Europa, con mayoría absoluta (189 diputados). Rivera no quiso gobernar con los socialistas que habrían estabilizado la situación. Para Cs el objetivo era superar al PP en unas nuevas elecciones y ser el joven líder de la nueva derecha. Y celebradas el 26M elecciones autonómicas y locales, Cs opta por pactos de gobierno con PP y Vox (Andalucía, Madrid, Murcia…). Hace escasas fechas se impidió una moción de censura promovida por socialistas y Ciudadanos en Murcia contra la mala gestión regional presidida por los populares. Se impuso la presión del PP (regional y nacional). Les prometieron el oro y el moro; con prácticas de transfuguistas regresaron al redil.

Podemos nace de las movidas sociales de 2011 cuya máxima expresión fue el 15 M en la Plaza de Sol en Madrid. Pablo Iglesias obtiene buenos resultados en las elecciones europeas de 2014, y decide jugar a la política nacional con el objetivo de dar el sorpasso a los socialistas, convirtiéndose en la referencia de las izquierda en España. Pero vistos los resultados, acepta formar parte de un gobierno de coalición con el PSOE. La gestión política no parece haber satisfecho las ansias de P. Iglesias, trasmitiendo insatisfacción a diestro y siniestro. Decide dimitir como VicePresidente, y nombra como sucesora a la Ministra de Trabajo. Y se erige como salvador de Madrid, sin prever la posibilidad de que Mas Madrid no aceptara tal propuesta. Su último acto parlamentario fue responder a García Egea y al ultraderechista Iván Espinosa de los Monteros. Señala que su objetivo en esta próxima campaña es confrontar directamente con el PP para polarizar las opciones entre Isabel Díaz Ayuso o él. Así, Unidas Podemos presentará una denuncia contra García Egea, secretario general del PP, por un presunto delito de cohecho por facilitar supuestas dádivas, ya sean en cuantías económicas o en cargos públicos, a los diputados tránsfugas de Ciudadanos y Vox que cambiaron su voto en la moción de censura.

A su vez, como diría Groucho Marx, «Más madera es la guerra». Pablo Casado puede hipotecar gran parte de su futuro político a lo que suceda en las elecciones de la Comunidad de Madrid y al resultado que logre su candidata, Díaz Ayuso. Pablo Casado no quiere que Vox contamine su proyecto de fusión del centroderecha y reniega de que la formación ultra pueda entrar en ningún Gobierno del PP, incluido el de Madrid, en contra de lo que defienden en privado algunos consejeros y asesores de Isabel Díaz Ayuso. Casado y su entorno defienden que sería «una locura» que Vox quiera gobernar con el PP y auguran que eso no sucederá; y el resultado del 4-M facilitará que Ayuso sea Presidenta en solitario, a lo máximo con el apoyo externo de la formación de Santiago Abascal.

También Ciudadanos se la juega en Madrid. Parece imprescindible que el partido liderado por Arrimadas se «autodefina», en unos momentos políticos difíciles. Se nombra a E.Bel candidato a la Presidencia de Madrid, que afirma sin rubor que «la jornada de puertas abiertas del PP a tránsfugas es indecente». Y no queda claro que Cs obtenga como mínimo el 5% de votos, imprescindible para obtener diputados. A su vez Ciudadanos pierde el 60% de sus militantes en Madrid en dos años: de 7.000 a solo 2.941.

¿Y el gobierno de coalición PSOE- PODEMOS? Se mantiene vivo y coleando, aunque Pablo Iglesias ha nombrado como sustituta a Yolanda Díaz Pérez, continuando como Ministra de Trabajo. En principio parece que puede garantizarse la gobernabilidad y estabilidad a partir de la gestión del Presupuesto aprobado y vigente. Es probable que sigan vivas discrepancias lógicas en temas puntuales (Reforma Laboral, Pensiones, Viviendas Sociales…), pero quizás pueda garantizarse una menor exposición externa de las discrepancias. Otro tema de máxima relevancia es la iniciativa pública/privada a proyectos de reformas estructurales en materia socio-económica financiados por los 140.000 millones de euros de los Fondos UE destinados a España.

Expuesta la complejidad no es extraña la confusión y la desconfianza. Pero si cabe exigirles a los políticos/as, que nosotros hemos elegido, un esfuerzo de cercanía y comunicación con un lenguaje comprensible. Que gobiernen y gestionen para el pueblo, pero con el pueblo.

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