Días pasados, el Consell de Govern de les Illes Balears concedió la Medalla de Oro de la Comunidad Autónoma a los profesionales sanitarios, por el excelente trabajo que han desarrollado -y desarrollan todavía- en la lucha por minimizar el impacto de la pandemia de la covid-19 en la ciudadanía. Ciertamente, la dedicación absoluta del personal que conforma el sistema público y privado de salud de las Illes ha sido ejemplar e inmejorable, como también lo ha sido la labor realizada por los colectivos y sectores esenciales distinguidos con los Premios Ramón Llull este año.

Todos coincidimos en que el reconocimiento público que se les ha brindado es manifiestamente meritorio y aprovechamos la oportunidad para trasladarles nuestra más sincera enhorabuena.

También consideramos fundamental extender esa felicitación y agradecimiento a los/las profesionales de la Psicología, un colectivo que ha pasado posiblemente desapercibido a pesar de haber realizado un trabajo esencial desde el minuto cero de la crisis sanitaria, tratando de brindar apoyo emocional y psicológico a todas las personas que lo necesitaban:

• Adaptando sus consultas desde los inicios del confinamiento, para garantizar la continuidad de los tratamientos psicológicos iniciados y que no se produjera una ruptura con consecuencias traumáticas para la persona.

• Ofreciendo apoyo psicológico a la ciudadanía ante una situación nueva y totalmente desconocida como el confinamiento que vivimos, que provocó graves dificultades de adaptación y que generó múltiples respuestas de indefensión, desazón, angustia, culpa, estrés, ideación suicida y afectación emocional.

• Acompañando a cientos de personas durante el proceso de duelo por el fallecimiento de un familiar, en un momento en que las restricciones impedían celebrar ritos funerarios para despedir a nuestros allegados.

• Ayudando a manejar las emociones y las conductas de personas mayores que afrontaban la crisis viviendo en soledad y que referían malestar psicológico por estados depresivos y ansiedad, incertidumbre, desbordamiento por la situación, duelos no resueltos, sensación de abandono, conflictos familiares, etcétera…

•Facilitando atención psicológica y asesoramiento a colectivos de personas vulnerables y doblemente vulnerables para prevenir posibles secuelas psicológicas y generar el máximo bienestar entre ellos: menores, personas dependientes, personas con discapacidad y personas sordas, entre otros.

• Ofreciendo apoyo psicológico a deportistas que vieron truncados sus objetivos incrementando sus niveles de ansiedad y estrés, preocupación por el futuro profesional, así como la desmotivación, la falta de interés y adherencia a las rutinas de entrenamiento.

• Asistiendo a todas aquellas víctimas de violencia de género que vivieron con horror y temor la convivencia durante 24 horas con el agresor sufriendo en silencio por ellas y por los hijos/as.

• Y cuidando la salud psicológica de todos los profesionales de ámbito sanitario que se sintieron desbordados por la presión de la demanda asistencial, por el temor al riesgo de infección, por el gran estrés al que estaban sometidos en las zonas de atención directa, por la exposición continua al desconsuelo de los familiares y por los dilemas éticos y morales que tuvieron que afrontar.

Por todo ello, el Col·legi Oficial de Psicologia de les Illes Baleares (COPIB) sí quiere reconocer públicamente el extraordinario trabajo que han desarrollado todos los psicólogos y psicólogas, en un ejercicio de responsabilidad y profesionalidad sin precedentes. Una labor cuyo único objetivo ha sido tratar de favorecer el bienestar de la ciudadanía, conscientes de que el tratamiento psicológico es un recurso necesario – público y gratuito – al que tiene derecho la ciudadanía y que la clase política debería garantizar ya sin más demora sobre todo porque previsiblemente la siguiente ola sea la de Salud Mental.