Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Tarabini

ENTREBANCS

Antonio Tarabini

La vacuna. Y ahora qué

Hace escasamente una semana la Presidenta, Francina Armengol, decidió realizar una remodelación profunda de su gobierno para adaptarlo a las nuevas necesidades generadas por la pandemia, para «afrontar esta nueva fase de reactivación y reconstrucción» de la sociedad y economía de Baleares. De hecho es la primera Comunidad Autónoma que impulsa una remodelación del equipo de gobierno en el contexto de la pandemia.

Vivimos unas fechas que pueden ser decisivas para la superación de las crisis provocadas por la pandemia. Supongo que habrán caído en la cuenta de que me refiero a ‘crisis’ en plural. Como resulta evidente, la primera crisis es la referida a la sanidad, y en concreto a las consecuencias sanitarias provocadas por la pandemia. La segunda crisis hace referencia a la economía, no solo en su vertiente de rentabilidad sino también a sus consecuencias sociales. La tercera, la necesidad de ‘recomponer’ el tejido social y político.

Como resultado de unas fiestas navideñas celebradas sin orden ni concierto, hemos sufrido la Tercera Ola de la pandemia, incluida la cepa británica, que ha obligado al Govern a aplicar restricciones en las relaciones interpersonales, en determinadas actividades empresariales (ocio, bares, restaurantes, comercio…), en la reducción horaria, toques de queda (…) que han provocado un cierto rechazo ciudadano. Pero la realidad es que tales restricciones han colaborado en el freno de la pandemia, disminuyendo los contagios, las muertes, el uso hospitalario y de las UCI... Lo decisivo ahora es la aplicación de una vacuna que anule cualquier consecuencia derivada de la pandemia. El objetivo era, y se supone que sigue siendo, que el 70% de nuestra población esté vacunada lo antes posible (¿finales abril/mayo?, ¿inicio temporada turística?) para recuperar la actividad productiva, básicamente la turística.

Dudo, dudamos, que la vacunación se aplique en abril/mayo, lo que implicaría la inactividad productiva en Semana Santa, dificultando la apertura de ciertas actividades productivas como puede ser el uso de las terrazas, de centros de ocio, de prolongación de tiempos de queda… Lo que nos obligaría a cubrir los costes del desempleo estructural, y ampliar plazos de mantenimiento de empleo (Erte, fijos discontinuos, ayudas públicas pymes, autónomos…). Sería un «éxito» que la aplicación de la vacuna fuera una realidad en mayo/junio, lo que podría suponer recuperar entorno al 40% de visitantes en la Temporada Alta respeto a la temporada de 2019.

No es casualidad que en el momento de escribir estas líneas la Presidenta se encuentra en Madrid ‘visitando’ distintos ministerios para concretar con el Gobierno español el envío urgente de la vacuna, así como medidas concretas para ayudar a los sectores socioeconómicos más afectados por la pandemia en Baleares. Ojala al leer estas líneas se hayan satisfecho tales esperanzas.

Aún admitiendo que ahora lo urgente es salvar los muebles, es imprescindible comenzar a reflexionar y diseñar un nuevo modelo de actividad turística basado no en el aumento progresivo de turistas año tras año, sino en ofertar productos diversificados y adaptados a una demanda que probablemente modificará sus hábitos vacacionales. Más aún, es necesario reactivar actividades económicas que posibiliten romper nuestra dependencia casi total del turismo. La tarea no es fácil, pero es necesaria y exige el compromiso de la iniciativa pública y privada.

Ahora, quien más quien menos, ve ‘la solución’ en los 140.000 millones de euros que la Unión Europea destina a España. La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, hace escasos días recordó que el Fondo Europeo de Reconstrucción está destinado a superar los efectos de la pandemia de la covid-19; en consecuencia estarán supeditados a la ejecución de reformas estructurales y a la modernización del modelo económico. He leído múltiples anteproyectos (privados, públicos, públicos/privados…) para optar a los fondos de la UE. Hay para todos los gustos. Uno de los objetivos de la remodelación del Govern es aprovechar los recursos de la UE precisamente para reestructurar a fondo nuestro vigente modelo económico, que debe incluir la participación no sólo de los grandes grupos financieros/empresariales, sino también de las pymes donde puede radicar buena parte de la diversidad. Grandes Consultoras ¿por qué no?, pero también agentes pluriformes que pueden representar de modo evidente los legítimos intereses del conjunto de la ciudadanía no solo a corto plazo. Sin pasar por alto la promoción de nuevas actividades productivas de alto valor añadido, cuyos objetivos están incluidos en los objetivos del Fondo Europeo de Reconstrucción.

Habrá que reconstruir el tejido social y político, gravemente dañado por la crisis de confianza que se ha extendido entre los ciudadanos de todos los países. La crisis de legitimidad de las instituciones democráticas ya era grave antes de la pandemia y se ha profundizado todavía más en la oscuridad de lo que hemos vivido, en parte por la insensatez de una parte de la clase política. No está claro que seamos capaces de restaurar la convivencia en las condiciones actuales de desgarro y violencia latente si no somos capaces de afrontar todos estos retos colectivamente, por encima de nuestras diferencias, como comunidad de humanos. Lo cual implica inversión sustancial e inteligente en ciencia, innovación y en educación.

Compartir el artículo

stats